Quiero escribir antes de irme, se que la voy a ver y eso me impulsa para ir a clases. Por cierto, hace unos minutos terminamos de conversar por WhatsApp, ella guardó mi número y pude ver su foto. Luce preciosa, como siempre.
—Hola, Lucas, ¿no? —Comenzó la charla.
—¿Qué creés?
—Ah, dale.
—¿Dale?
—Soy Sasha Bruckner.
—Sabía tu apellido, pero no tu nombre, un gusto, Sasha.
—Lo sé. No me gusta que los profesores me llamen por mi nombre.
—Lo noté, sos un poco exigente.
—Mucho Lucas, mucho.
—Sos muy linda.
—Vos no me conocés a mí.
—¿Y?
—Nadie jamás se queda conmigo. No me gustan las personas, ¿ok? Todas mienten. Nos vemos luego, besos.
—Sasha...perdoná si te ofendí.
Después de eso, se desconectó, ignorando por completo mi mensaje. Iba todo tan bien y lo arruiné, pero de todos modos, tengo muchísimas ganas de verla. Quisiera pedirle disculpas, o buscar alguna excusa para hablarle hoy. En fin, es hora de irme ya. Luego escribo.
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Ella, esculpida en letras.
RomanceQuise escribir sobre mi vida, hasta que la ví, y dejé de ser mi propio dueño. La ví pasar por aquel pasillo ruidoso, y desde ese entonces, mi vida tiene un poco de gracia, así que hice una escultura, es ella, plasmada en letras.