7 de marzo después del colegio.

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Hola, amigo. Vengo a desahogarme como cada día,  hay tantas cosas que quiero contarte, hoy fue increíble,  de verdad. Me saqué un 10 en química y un 12 en literatura,  pero aparte de eso; estuve con Sasha, supe un poco de ella. Quisiera saberlo todo.
El timbre del recreo soñó,  era el de 10 minutos y sin dudarlo la fui a buscar:
—¡Sasha! —Dije mientras la tomaba de la mano.
Ella miró nuestras manos y levantó la mirada hacia mí:
—Lucas, en lo posible nunca me toques.
—Perdón. Sólo quiero conocerte.
—Ya te dije mi nombre, ¿qué querés,  Lucas?
—Nada, disculpá. —Y me retiré  dos pasos adelante mirando hacia abajo.
—¿Pasamos juntos el recreo? —Dijo Sasha mientras sujetaba mi brazo.  Me miró,  me miró con su cara desconfiada, con las cejas fruncidas. Sentí sus manos, frías,  al igual que ella.
Caminamos un minuto en completo silencio,  hasta que ella lo rompió:
—¿Porqué no te has rendido conmigo?
—¿Qué querés decir?
—No soy la más tierna que digamos.
—Eso ya lo sé.  Pero, sos hermosa.
—Algún día vas a entender que nada en éste mundo vale la pena.
—¿Eh?
—Nada, Lucas.  Fue interesante pasar un rato con vos pero Camila me está esperando.

Y así  se fue, sin decir nada más, sin voltear hacia atrás. Ni siquiera esperó a escuchar mi "Hasta luego".
Puedo ver algo extraño en ella, algo que no me va a gustar cuando lo descubra, pero hasta no saber más de Sasha, no quiero y no puedo rendirme.

Ella, esculpida en letras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora