• Capitulo 1|una vida sin ti

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Al terminar todos se dirigieron a sus vehículos, el clima comenzó a cambiar y se tornaba un poco más frío, lo cual era común para aquellas fechas ya que el tiempo de invierno se acercaba.

Natalie no tenía auto, por lo tanto debería pedir un taxi. Antes de poder hacerlo sintió una mano en su hombro.

La pelirroja volteó rápidamente y se encontró con unos ojos que lucían tristes y eran color avellana puestos en ella como si analizara cada uno de sus movimientos.

—¿necesitas quien te lleve?–pregunto Christofer sin hacer ningún gesto en particular y con un tono frío en su voz.

Natalie hizo una mueca al verle y por alguna extraña razón no se sentía cómoda estando cerca de él.–de hecho estaba por pedir un taxi. No tienes porque preocuparte.–contesto. Nuevamente la pelirroja dirigió su vista a unas señoras entre la multitud que continuaban caminando y se dio cuenta de que no apartaban la vista de ella y Christofer mientras hablaban y "secreteaban" con malos ojos.

—¿Natalie?–dijo el chico llamando su atención.

—eh... no tienes porque preocuparte en serio.

—quería habla hablar contigo Natalie. Tal vez puedas acompañarme.

La pelirroja frunció el ceño. La inquietud se apoderaba de ella y le intrigaba el saber que podría querer Christofer.

—¿no debes llevar a tu madre a casa?–pregunto.

—ella no irá a casa aún. Dice que no quiere estar allí porque todo le recuerda a Kennet.–hizo una pausa antes de seguir hablando.–ella está con sus amigas y creo que es lo mejor para que reciba algo de consuelo, como habrás notado yo no soy bueno haciendo eso.

Natalie parecía dudar, per la inquietud y la curiosidad la carcomían.–de acuerdo.–contestó la pelirroja sin decir más. Pero el presentimiento de que no debía ir con Christofer no desaparecía del todo, aunque ante la insistencia del chico no tuvo más opción que aceptar.

Christofer iba unos pasos más adelantes que ella, cuando él se detuvo frente al auto de color gris y se aproximó a abrir la puerta.

—¿ese es?

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—¿ese es?... ¿el auto de Kennet?–pregunto la chica.

—¿que?–dirigió su vista al vehículo.–ah si. La policía me dejó quedármelo, al parecer ya no es importante en la investigación.

La chica se detuvo por unos instantes, ¿por que le darían a Christofer el auto de kennet?. A ella le parecía demasiado el subir a aquel auto, ella no podía subir en el mismo auto en el que habían sucedido tantas cosas... Kennet tenía el mismo auto desde que tenía 17, siempre había sido el mismo, y ese auto fue testigo de múltiples eventos.

—¿no vendrás?–pregunto Christofer al verla de pie junto a la puerta del auto pero sin ningún ánimo de subir.

—ehh... si.–la chica abrió rápidamente la puerta y subió al auto, Christofer hizo lo mismo.

Al subir lo primero que Natalie pudo sentir fue el característico olor de aquel vehículo, siempre perfumado por los pinos que Kennet le colocaba, ese olor del cual ella se reía al decirle a Kennet que era demasiado cuidadoso con su auto y que incluso le compraba perfumes.
Se sentó en el mismo puesto en el que realizó múltiples viajes y paseos con Kennet, casi podía recordar cómo ambos hacían los vidrios empañar. Todo parecía igual. Parecía que nada había cambiado, pero en eso se equivocaba.

El vehículo pronto estuvo en marcha y Christofer no pronunciaba ni una sola palabra, lo cual le hacía a Natalie preguntarse que era eso que él afirmaba querer hablar con ella.

Quizá ella debería armarse de valor y preguntarle.

—¿Christofer?–no recibió respuesta alguna. De hecho el chico ni siquiera volteó a mirarla.–Christofer...–dijo nuevamente tratando de obtener su atención, pero al no recibir atención decidió hablar de todas maneras.–Yo no entiendo nada...–las lágrimas se comenzaban a hacer presentes y ella podía sentir como sus piernas y manos temblaban, como si estuviese a punto de quebrar en llanto.

—¿que no puedes entender?–pregunto con un tono de voz frío y duro.–él ya no está. Murió Natalie...–Christofer orilló el auto a unas cuadras y estacionó, Natalie pudo reconocer que no faltaba mucho para llegar hasta su casa.

—pero no entiendo nada de lo que está pasando, aún no puedo comprender de qué manera esto afectará nuestras vidas, no puede ser esto cierto.

—¡dios Natalie! ¡¿Que carajos te cuesta entender que nuestras vidas jamás volverán a ser las mismas?! ¡Nada será igual! ¡Ni siquiera quiero verte! ¡Nadie quiere verte Natalie!–grito el chico golpeando el volante del automóvil.

Natalie se asustó incluso más y comenzó a llorar, jamás había escuchado a Christofer de esa manera, incluso parecía que la odiaba y ella no entendía la razón de su comportamiento.

—¿por que me hablas así? ¡Yo ni siquiera quería venir contigo! ¡Fuiste tú quien insistió en traerme.–dijo la chica en lágrimas.

Christofer respiro hondo antes de pronunciar cualquier otra palabra.—necesitaba decirte algo Natalie... solo te pediré que te alejes de mi familia. No necesitamos de tu lastima ni de tus condolencias. Solo no nos busques mas... y ni siquiera pienses que nuestra amistad será la misma.

—¿de qué demonios hablas Christofer?–grito ella con lágrimas en los ojos.

—solo vete y no me busques más.–Christofer agacho la mirada.–Kennet está muerto. No quiero tener cerca a nadie que me recuerde más a él.

Natalie comenzó a llorar incluso más–Christofer no me hagas alejarme de ti...–suplico, mas un nudo en su garganta impedía el paso de las palabras.–tú eres lo único que me queda de él.–dijo con el poco aliento que le quedaba antes de comenzar a llorar incluso más fuerte.

—Natalie. Yo no soy él... Ni siquiera nos parecemos. Olvídate de él. Olvídate de mí. Olvídate de mi familia... Solo vete y olvidamos.

No dijo más, ella comenzó a llorar desconsoladamente y bajó del auto con prisa. Las lágrimas corrían por todo su rostro y escucho como detrás de ella Christofer intentaba llamarla pero poco le importaba, Natalie solo quería a Kennet de vuelta. Necesitaba a Kennet.

La vida sin Kennet jamás sería vida.

La vida con o sin Kennet  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora