María subió las escaleras después de contarle todo lo sucedido a su hijo, lo busco en su habitación pero este no se encontraba. Entró al de su hermana y lo primero que vio fue a su hijo colgado. María sintió una gran satisfacción porque había logrado su prometido. El teléfono sonó y María en seguida bajo a contestar.
- ¿Mama? -La voz de Juliana resonó por toda la habitación.
- Si hija, soy yo. -María feliz por volver a escuchar la voz de su hija que ella tanto amaba. Estaba llorando de felicidad por saber que ella no había muerto.
Juliana le explico a su madre del porque no se hizo la eutanasia y fue gracias a los médicos del vecino país ya que le dijeron que había una cura para su enfermedad por lo tanto Juliana le volvió a sonreírle a la vida como tiempo atrás. Ellas hablaron por algunos minutos más hasta que surgió el tema de Sam. María dejo de hablar y lo único que se escuchaba en la línea eran sus respiraciones.
- Mama donde esta Sam. -Preguntaba Juliana una y otra vez, pero esta no recibía respuestas de parte de su madre. Hasta que al final respondió.
- Esta muerto.
Juliana colgó y no hizo más que llorar sin parar. Había esperado tantos meses para curarse y volverlo a ver pero ese sueño había sido interrumpido. Ella no quiso saber la causa de su muerte. Su hermano había muerto y lo peor fue que nunca cumplió su promesa. Y fue el enviarle cartas. no sabe tampoco el por qué. Así que reaccionó y comenzó a pensar por qué su hermano no le había envido cartas. Así que se tomó el tiempo de averiguar si habían salido cartas desde su país para el lugar en donde se encontraba. Pero le dijeron que nunca salieron cartas del país para ella. Así que llamo a Canada. Ella ya sabía que su hermano se iría a Canada así que volvió a investigar y finalmente le dijeron que si habían salido cartas de Canada pero para un pueblo que quedaba en un pueblo en donde iban cada año a pasar la navidad. Eso quería decir que se las estaba enviando al lugar equivocado y no a donde ella estaba.
A Juliana se le hizo raro ya que antes de irse ella recordó que le había dicho a su madre en el lugar en donde ella se encontraba para que Sam le enviara las cartas. Ella no quiso llamar a su madre y preguntarle por qué no le había dicho a Sam el lugar correcto en donde se encontraba, así que decidió empacar sus cosas en la maleta para tomar el siguiente vuelo para su país.
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Juliana llego a un hotel y se instaló ahí un par de días para procesar todo lo que estaba pasando con más claridad. Ella aun no aceptaba que su madre le haya dicho la dirección que no era y aun no encontraba una excusa clara. Finalmente tomo la decisión de ir a casa de su madre y afrentar las consecuencias.
Tocó la puerta y su madre le abrió.
- Hija. -Grito María de la emoción a la vez que la abrazaba, pero al instante Juliana la separo.
- ¿Por qué le dijiste a Sam la dirección que no era?
- De que hablas hija. -María sabía muy bien lo que su hija le estaba diciendo, pero ella se hacia la desentendida.
- No te hagas la estúpida mama, ya fue suficiente. -Le grito Juliana llena de ira.
- Porque él no merecía vivir más por todo el daño que nos hizo a ti y a mí.
Juliana no aguanto más la impotencia que tenía y su mano derecha impacto en la mejilla de su madre con tanta fuerza causándole con pequeño liquido rojo manchara sus dientes.
María nunca había querido a Sam porque según ella, el había sido el causante de que su pareja decidiera terminar su relación. Desde ese día María se ingenió toda una idea dentro de su cabeza a tal punto de sentir odio por su propio hijo.
- Esto nunca te lo voy a perdonar. -Juliana fue corriendo a su cuarto para recoger sus últimas cosas e irse pero lo que vio deseo nunca haberlo visto.
La imagen de su hermano colgado en el árbol en frente de su habitación hizo que ella llorara como nunca antes lo había hecho, ni siquiera por la separación de sus padres. En medio de sus llantos leyó la carta que su hermano y si más termino por derrumbarse.
- ¡MARIA, LO VAS A PAGAR!
y esas palabras se cumplieron. Juliana finalmente denuncio a su madre para que esta terminara en el psiquiatra.
Carta #1
1 de octubre de 1999
De: Juliana
Para: SamNunca pensé extrañar esos días en el que jugábamos a ser vaqueros. En los que cocinábamos. En los que veíamos películas hasta las tres de la mañana y ¿sabes por qué no los extrañaba? Eran porque eso eran los planes que tenía para cuando nos volviéramos a ver. Nunca te olvidare hermanito, y ahora eres un ángel que me cuida. Espero volverte a ver pronto. Te quiero mucho.
Juliana dejo esa carta encima de la tumba de su hermano con algunas margaritas ya que eran las flores que más le gustaban. Se marchó con algunas lágrimas en sus ojos para después ir a trabajar.
Se que a la mayoría no les gusto el final y mas a una persona que insistió tanto en que hiciera un extra y por eso lo hice, igualmente termina triste pero algunas personas querían saber que había pasado con la doña y pues ahí lo tienen.
Espero que les haya gustado.
:)
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Cartas a mi hermana.
Short Story"Prometeme que nunca dejarás de mandarme cartas." Le dijo ella tomando las maletas y abriendo la puerta. "Te lo prometo." Respondió él, para después abrazarla tan fuerte como le fuese posible. Meik.