Parte 2: La Barcelona de Pol

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 Tánia se encargó de preparar todos los souvenirs para la cena benéfica. Por mi parte, ya encargué toda la comida y la bebida. Sentía que me quedaba corto pero para eso me ayudo Joan que es mejor con los números y viendo la cantidad que iba a comer cada uno.

Merlí me mando un e-mail con toda la lista de los alumnos que iban a venir, también tenía mi propia lista así que, decidí armar las mesas con ayuda de Tánia y Mónica.

- "Chicas, ya tengo los nombres de quienes van a venir. ¿Me ayudan a terminar de juntar algunos alumnos que no conozco? No quiero poner en la mesa a personas que se lleven mal." - Sugerí.

* "En realidad, ya todos estamos grandes. No creo que se pongan a pelear porque están un lugar que no se llevan con sus antigüos compañeros. Para eso no vengas y listo." - Dijo Mon mientras sostenía a Alberto y jugaba con él.

+ "Eso es cierto. En fin, quiero que vean la mesa que armé. Para ya mandarle a Merlí la confirmación de nuestro curso." - Puso el cuaderno sobre la mesa. "Oliver, Joan, Marc, Bruno, Iván, Berta, Pol, Mónica y yo." - Después había otros nombres por si nosotros no nos podíamos sentar. Todavía no nos habían dicho si nos debíamos quedar todo el tiempo parados o no.

- "Me parece bien. Igualmente, hay que ver si nos podemos sentar o no. Para que no queden tres sillas sin ocupar. Nunca estuvimos en algo así... no tengo idea cómo es y tampoco me quisieron decir mucho. Es la primera vez que lo hacen. Ojalá salga bien." - Sonreí y terminé de escribir el whatsapp para mandárselo a Merlí.

+ "Nosotras podemos seguir con las mesas. ¿Bajas a pasear al bonito?" - Tánia le dio un beso en el cachete a su hijo. "La ayudo a Mon y mientras preparamos algo para comer, ¿te parece bien?"

- "¿Te parece bien, Albertito?" - Le froté la nariz y se rió. "¿Ya le diste la teta?" - Tánia asintió y siguió escribiendo en el cuaderno. Mon le dictaba algunos nombres. "Vamos, amigo." - Mientras agarré el cochecito y las llaves.

Caminé un par de cuadras y me puse a pensar todo lo que había cambiado desde el día que se fue Bruno de Barcelona para vivir un romance a lo Roma. Sin darme cuenta aparecí en el mismo lugar donde cinco años atrás me encontré con Tánia para despedirme de Bruno.

- "No te vayas. ¿Qué es lo que tenemos que decir con Tánia para que te quedes en Barcelona con nosotros? Por lo menos, termina el secundario y después te vas." - Le pedí a Bruno. Tánia no dijo nada, solo se quedo unos pasos atrás nuestro mientras estaba cuidando las maletas de Bruno y hablando con el taxista que iba a llevar a Bruno al aeropuerto.

+ "Es muy tarde, Pol. Ya está todo decidido. Hable con mi madre y también le pedí que me anotará en el colegio. Es un quilombo deshacer todo lo hecho. Después veré si vuelvo para estudiar en Cataluña. Nos vemos pronto, cuando los dos sepamos bien lo que queremos." - Sonrió y cuando quería acercarse a Tánia no lo deje.

- "¿Y eso cuándo va a ser?" - Lo mire a los ojos fijamente y detuve mi respiración para intentar no llorar pero no pude.

+ "Pol Rubio llorando... ¡qué extraño!" - Río un poco para luego despedirse en serio. "No te lo tomes tan personal, me enamoré de un chico rubio y de ojos muy seductores pero él no es mi correspondido. Pero sí es mi mejor amigo, tengo dos mejores amigos. Uno es él y otra es una chica hermosa que también es rubia pero tiene rulos." - Bruno le guiñó un ojo a Tánia.

- "¿El chico rubio puede darle por lo menos un último beso a su mejor amigo?" - Bruno no terminó de asentir que me acerqué a su cuerpo, le tomé del cuello y cerré los ojos. Fue un beso corto y sin lengua pero me bastó para una despedida.

Tánia me abrazó y después despedimos a Bruno desde la calle. Se lo veía tranquilo y en paz, me alegraba que se vaya así... no era su culpa que estuviese enamorado en un momento que no me interesaba nada.

* "¿Estás bien?" - Me preguntó Tánia.

- "La verdad que no... pero lo voy a estar. Solamente deseo y quiero que Bruno, donde esté y con quien esté, sea feliz." - Ella me sonrió.

* "Sabés que cualquier cosa yo estoy. ¿Sí?" - Me beso en la frente. "No digo que seamos amigos pero pienso que Bruno es algo que quisiera, que por lo menos, nosotros nos llevemos bien.

Tánia se fue caminando para el lado del río y yo para el otro lado, al día siguiente, nos esperaba un día duro de escuela y saber que Bruno no iba a estar más en el aula compartiendo los últimos días de cursada.

Seguí caminando, tratando de no pararme a pensar en las primeras dos semanas después de que se fue Bruno. Le pregunté mil veces a Merlí si Bruno se había ido a Italia por alguna pelea con él o si se fue por mí y me dijo que nosotros no teníamos nada que ver. Era Bruno que quería cambiar un poco de aire.

- "Cuidado." - Choqué con alguien que llevaba una capucha y además tenía la vista metida en el celular.

+ "Uh, perdón. No vi que estaba con un cochecito de bebé." - No hacía falta que se saqué la capucha ni que tampoco subiera un poco la cabeza y despuegué la vista del celular. Era el mismo Bruno Bergeron, el que había despedido hace cinco años, en esta misma cuadra.

- "¿Bruno?" - Fue una pregunta tonta porque se había dado cuenta enseguida que sabía que era él por el silencio que hice.

+ "Pol." - Contestó seco. "Y Alberto." - Se agachó y le tocó la mejilla. "Qué raro que no esté Tánia también..."

- "¿Cómo?"

+ "Y estás con Alberto, no creo que te deje con él si no es que están viviendo juntos." - Sonrió. "Perdón, pero tengo que llegar en cinco minutos a un lugar."

- "Un gusto verte de nuevo." - Bruno no dijo nada y siguió caminando para el lado del departamento de Merlí. Seguro que se iba a quedar allá durante esta semana.

- "¿Bruno se queda en lo de Merlí? ¿Hablaste con él?" - Le mandé a Tánia. Seguí caminando y esperando ansioso a que me contestara pronto el mensaje. Llegué hasta un Día y vi el celular, todavía no me contestó, decidí mandarle un mensaje a Merlí: "Recién lo vi a Bruno pero no se quedo hablando mucho conmigo porque me vio con Albertito. Si sale el tema, ¿le explicas que Alberto es el hijo de Tánia y Gerard? Y que yo solamente vivo con Tánia después de que Gerard se fuera a vivir a Francia. ¡Te lo agradezco!"

Compré una leche para Alberto y unas bebidas para la cena. Cuando llegué a la fila para pagar, el celular me empezó a sonar.

* "Lo que tienen que hablar, lo hablan entre ustedes. Te espero mañana a las 19.30 en mi casa. Traé el postre y no vengas con Tánia. Ella va a saber entender, si no, dejame que le expliqué. Saludos, M."

Sonreí, Merlí sabe como persuadir a Bruno y eso es lo que yo necesitaba.

A Barcelona con amorWhere stories live. Discover now