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Si me dieran un dólar por cada vez que me siento extraño, tendría cinco, lo cual no es mucho, pero no deja de ser curioso porque soy humano. 

La caminata, el aire fresco, la suciedad y el trabajo en equipo nos vendría bien para fortalecer lazos. ¡Qué estupidez! Y aquí no hay señal de teléfono, mientras lo miro y la gran X roja en la barra de señal está presente en mi móvil.

Ya habíamos montado el campamento en un lugar, lejos del lugar donde viven las criaturas mágicas o mejor dicho la Reservación en el bosque de Gravity Falls, para evitar que dañaran o mataran a papá o tratar con las personas intensas de Conversación que no lo soportan.

—No me gusta el bosque —digo molesto, cuando ya siento la sexta picadura de mosquito en mi brazo. —Además no sé en qué ayuda esto con nuestro problema.

Mi padre no parece mejor con el asunto de los mosquitos y rocía algo de repelente en aerosol sobre mi. Eso me hace toser inmediatamente para ser ignorado.

—Primero no quiero quejas, segundo no huir por un portal. —dijo mi padre al ver a papá intentando abrir uno. Él bufó. —Tercero, necesitamos esto. La presión de la rutina ha caído sobre nosotros.

Con papá intercambiamos una mirada con dudas.

—¿Desde cuándo tenemos rutina? —pregunta papá, mientras se sienta a mi lado y ve mi teléfono —A menos que el resto de los humanos hagan lo mismo que nosotros.

Yo me muevo del lugar al sentirme invadido en mi escasa privacidad sin señal de Internet.

—Bueno, no. Pero para nosotros ya es rutina. —responde él en un tono de lógica, mientras comienza a sacar latas para comer. —Criaturas mágicas, o de otras dimensiones, portales, trabajar para el Consejo.. Es lo normal.

—Y que te comportes como científico loco con Ford.

Añade papá con entusiasmo a la lista, él no parece muy feliz de que lo llamen científico loco, pero si es algo como el estereotipo de esas películas antiguas que suelen ver ellos. Solo que todo eso de no hacer lo que normalmente hacemos sonó atractivo.

—Es decir, que al fin haremos cosas normales, como las personas comunes. —le dije a mi padre. Levantando la vista del teléfono. — Eso sí suena interesante.

Él se acercó, confiscando mi teléfono. Estaría muy enojado, pero la promesa de ser normal sonaba muy bien y quise cooperar, cosa que no duró demasiado cuando papá encendió la fogata con sus poderes.

—Sí, y para eso vamos a guardar esto. —dijo él mientras lo guardaba en su propia mochila. —Bill... bien será lo último que uses de tus poderes.

Papá no le prestó atención e hizo levitar las latas hasta dejarlas sobre la rejilla, mientras estas quedaban listas para servir.

—Eso será lo último. —ratifica molesto. —El propósito es pasar tiempo en familia y ser normales.

—Como unos humanos comunes.

—Sí, eso es.

Tiempo en familia es igual a desastre en familia. En mis casi quince años de vivencias tengo la teoría de que nosotros, Los Pines tenemos una rara atracción hacia los problemas, cometer delitos y atraer todo lo que sea paranormal. Considerando que casi no conozco la historia familiar casi puedo confirmar que así es. Así que esta vez no fue la excepción.

Luego de quedarnos sin agua y alimentos —En menos de un día— Esto porque a ninguno de los tres se nos ocurrió que debíamos guardar las provisiones para evitar ser invadidos por animales del bosque. ¿Cómo se supone que debíamos saber? Si cualquiera de los dos tiene la capacidad de hacer que eso se haga como por arte de magia y yo, bueno yo no me preocupo de esos detalles ¡Ellos hacen todo eso! Bueno, es obvio que la parte de ser comunes es parte de no usar poderes o experimentos avanzados y por supuesto ser trabajar en equipo. Las cosas se pusieron peores cuando se nos acabó el repelente y las picaduras de mosquitos se pusieron peores.

Mi Familia [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora