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Mi familia no la componen ex presidiarios, ni estafadores... eso no lo creo. Según mi tío Stan nadie entiende nuestro particular estilo de hacer o resolver las cosas.

A los siete años un compañero comenzó a molestarme por ser uno de los extraños que vivían en esa rara casa del bosque. Los Pines eran considerados demasiado excéntricos para el resto del pueblo, y yo por supuesto no era la excepción, para ser que la familia hizo mucho por ayudar a las personas de este lugar, el respeto venía solo de personas mayores, mis compañeros no conocían nada y más que excéntricos éramos raros.

Luego de semanas de ser acosado en la escuela. Llegue a casa después de un día agotador, emocionalmente hablando, esperando ser recibido por alguna de las bromas de papá o las preguntas sobre lo último que me enseñaron, por parte de mi padre, para subir mi ánimo. Pero...

—Soos, ¿has visto a ese bueno para nada de Bill? —preguntó el tío Stan.

—Se supone que lo llamaron urgente para cubrir un turno.

Soos respondió y luego continúo reparando las repisas de la pared.

—Ese idiota nunca avisa sus turnos... Um... Hola, Devon. —Saluda el tío Stan. —Niño, tienes esa misma cara que ponía Dipper cuando tenía problemas de cualquier índole.

—Siempre tenía algún problema.

El aporte adicional de Soos no ayudó a mi estado de ánimo, fulminé a ambos con la mirada. Esa poca delicadeza en las palabras de cualquiera en la casa, era lo que no me agradaba.

—Así ya enojado te pareces a Mabel.

— ¿Dónde está mi padre? —le pregunto para salir de ese momento incómodo.

—En el trabajo tal vez, no soy su niñera.

No soporté mucho más y comencé a llorar, asustando a tío Stan y Soos. Era la señal automática, que nunca requería usar, ya que no era capaz de atraer la atención de alguien, aunque no podían controlar mi llanto, una vez que empezaba, solo quería la presencia inmediata de quienes legalmente son mis tutores, al menos quien es humano.

Mi padre fue el primero en hacer acto de presencia, recuerdo que era un verdadero desastre, casi como si hubiese estado en un lugar insalubre. Excusándose de una tubería defectuosa, luego llegó papá desde un portal a mitad de la tienda, llevaba puesto su uniforme del hospital, casi como si hubiese dejado a un paciente a medio atender cuando sintió que algo estaba mal. Los dos parecían muy indecisos y sé que en ese momento papá hizo lo que mejor podía hacer para conocer el problema de fondo; inspeccionar mi mente. Dando en el clavo con mis primeros recuerdos del día, siendo encerrado en el baño.

El hecho de que un "ser inferior" acosara a su único hijo, desataba la furia en papá. No lo demostraba tan abiertamente y se mostró tranquilo, esperaron a calmarme.

—Y los profesores saben. —dice él en un tono serio. —¿Verdad?

No tenía idea que responder. Supongo que fue suficiente respuesta para él y para los dos que parecían hablar con la mirada, él tiempo después de eso demostró que si lograban comunicarse de esa manera.

—Hay buenos métodos para solucionar esto.

—Bill, estás de guardia.

—No, solo estoy cubriendo medio turno, lo que me da tiempo suficiente para pensar en algo.

Eso sí, sonó muy amenazador.

—Cuando hablas así cuesta creer que seas un sanador.

Él simplemente ignoró el comentario. El resto del día me enviaron a casa de los Maris y lo menos agradable fue quedarme a dormir y hacer competencias en Mario Kart para ver quién se quedaba con la cama, para mi mala suerte yo perdí, de todas maneras a las doce de la noche Kendall se apiado de mi y me cedió la mitad de su cama. La mañana siguiente en la escuela era un verdadero lío entre agua corriendo por los pasillos, confeti en todos lados y el claro uso de bombas fétidas en la sala de profesores, fue obvio que suspendieron las clases.

Mi Familia [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora