Capitulo 1 - Parte 2.

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Quizás por eso caminaba tan lento del colegio por que no quería sentirme de nuevo sola, talvez no era tan fuerte y talvez si me importaban las criticas de las personas, volvieron a correr lagrimas en mis ojos, abrí el refrigerador y comí como desesperada, tarde mas en comer que en lo que corrí a vomitar, tenía dos semanas que no lo hacía ya que me ardía el estomago de tantas veces que me provocaba el vomito, me miré al espejo y me pregunte ¿cuando vas a parar?, ¿cuando Sofia?, ¿cuando?, le pregunte a mi reflejo, mi reflejo, mi gran realidad, llena de ojeras, de sueños rotos, de días vacíos, quería acabar con mi vida, quería acabar con la soledad, con mi dolor, ese dolor que raspaba mi garganta, talvez no era tan diferente a las otras chicas de la escuela, talvez me importaba mucho mi apariencia y por eso vomitaba, no lose, me sentía un asco de persona cuando hacía eso, necesitaba tanto una persona que me dijera "todo estará bien sofia", "no llores mas", "todo estará bien". Me fui a acostar, me cobije e intente dormir. Al otro día, no me levante para ir a la escuela, ni el día siguiente, ni el siguiente, me hablaron como 5 veces de la escuela y dije que seguía enferma, no tenía ganas de volver a la escuela, llego de nuevo lunes y tampoco volví a ir, me prepare de desayunar fruta y café, tome un libro y me puse a leer toda la mañana, cuando de pronto sonó el timbre de mi casa, ¿quien podía ser?, no recibo visitas, me puse un suéter y me dirigí a abrir.

-¿Quien? - pregunté - Nadie respondió.

Me asome por la venta y ahí estaba Daniel, me sorprendí tanto, no podía creerlo, en menos de 1 minuto pasaron miles de preguntas en mi mente, ¿que hacía aquí?, ¿como supo que vivía aquí?, hasta llegue a pensar que estaba soñando, y volvió a tocar el timbre, abrí la puerta y no pude decir una palabra solo lo mire, era casi perfecto, vestía un suéter y un pantalón, era tan guapo, ¿que me pasa? ¿por que pensé que era guapo?, no digo que no lo fuera, pero no suelo pensar eso.

-¿Estas bien? - me pregunto - estoy preocupado por ti, desde que te paso el accidente en la escuela no has ido, pensé que te había pasado algo malo, espero no te moleste mi presencia, en la escuela me dieron tu dirección, dije que te traería la tarea.

*No podía decir ni una palabra, no sabía que decir*

-Estoy bien - respondí con voz temblorosa -pero no creo que estés aquí por que te preocupo, jamas me habías dirigido la palabra, ni siquiera sabías mi nombre, y eso que hemos ido 10 años juntos en la misma escuela.

-Losé, y lo siento de verdad soy muy despistado, solo que desde ese día que te vi en la mañana, vi algo en tus ojos, tristeza, nosé pensé que necesitabas hablar con alguien, y bueno yo se escuchar a las personas.

-Tu eres el chico mas popular de la escuela - le respondí - no deberías estar con personas como yo, no es bueno para tu reputación.

-De que hablas - me interrumpió - Es como me ven las personas pero en realidad no soy nada de eso, soy una persona muy diferente a como creen que soy, mira tengo una idea ¿y si somos amigos?, que dices si nos conocemos, yo también me siento solo aveces, y se que tu igual.

-Tu no sabes nada de mi Daniel, no puedes decir que me siento sola, estoy bien, y no necesito amigos, gracias y ahora puedes irte, estoy bien ¿necesitas algo mas? - le azote la puerta en la cara.

Me quede parada en la puerta, no podía creer lo que había echo ¿por que había sido tan grosera con el?, ¿y si de verdad también se sentía solo?, aún no podía creer por que había sido tan mal educada, talvez por que no estaba acostumbrada a que fueran tan amables conmigo, que me asustaba la idea que alguien lo fuera. Abrí la puerta rápidamente, y grite -¡DANIEEEEL! - Pero era muy tarde, el ya había arrancado su coche, corrí hacía donde estaba el carro y me quede parada, helada, por mi comportamiento tan estúpido.

Entre a mi casa, y todo el día pensé en el y en mi comportamiento, y pensé que al día siguiente tenia que ofrecerle una disculpa.

Vi la televisión toda la noche, comí helado y me fui a dormir. Al día siguiente me sentí diferente a otros días, tenia ganas de ir a la escuela y hablarle a Daniel, pedirle una disculpa y decirle que aceptaba ser su amiga, me duche me arregle y hasta me perfume, salí de mi casa con una sonrisa, hace tiempo no sonreía así, en la primera clase no estaba, y me sorprendí, el no solía faltar y menos a matematicas, llego la hora del almuerzo y fui a la cafetería y ahí estaba él, cuando lo mire fue como si mi corazón tuviera una pequeña explosión que se expandía hasta mi estomago, jamas me había sentido así, al ver a alguien.

-¡Danieel! - le grite - volteo y me miro y regreso la mirada, estaba con las chicas mas populares de la escuela y no me importo, me acerque a él, y le dije:

-Si quiero ser tu amiga - me miro y comenzó reír, el y sus amigas, no paraban de reír.

-¿Realmente? jajajajajajaja - dijo una.

-Owwwwwwww - dijo otra.

-¿De que hablas? - me respondió Daniel.

Seguían riendo como estúpidos, burlándose de mi, no podía creer lo que había hecho, quede en ridículo, solo se burlaban de mi y no paraban.

La mas guapa (Elena) lo tomo de la mano y dijo:

-¿Por que te habla la rarita de la escuela amor?

-Nosé, talvez mal interpreto las cosas, cuando la lleve a la enfermería.

-¡Como sea! - dijo Amairani, la otra chica - ¡vayámonos!

Sentía como me hundía en un hoyo profundo, no podía moverme, estaba tan avergonzada, ¿por que lo había hecho?, ¿por que me había dejado en ridículo?, si talvez también fui grosera con él, pero no me merecía una grosería de ese tamaño, mis lagrimas empezaron a salir, todos me miraban, y salí corriendo de ahí, me dirigí a casa, y lo volví hacer,me corte, ya no quería hacerlo, hasta que me tome todas las pastillas que encontré, perdí la cuenta cuando caí en un sueño profundo.

Desperté en un hospital, y ahí estaba mi mamá, durmiendo, tenía una cara tan demacrada.

-¿Que paso mamá?, ¿que hago aquí?

Comenzó a llorar tanto, se paro y me abrazó.

-Hija mía gracias a Dios que estas bien, soy la peor, soy la peor madre, perdóname.

-Mamá ¿que paso?, no tengo nada que perdonarte.

-Intentaste suicidarte y estuviste 2 meses en coma, una parte de mí murió al verte ahí en esa cama, sin abrir los ojos, sin hablar, pensando que podía llegar a perderte para siempre, mi niña, mi hermosa hija, perdóname.

-Mamá, perdóname tu a mi, por hacerte pasar esto, no se porque lo hice, entre en una depresión tan profunda, soy tan estúpida.

Apenas podía hablar, casi no se escuchaba mi voz, abrieron la puerta y escuche su voz, la voz de Daniel...

-¿Se puede? - dijo él.

Sofía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora