Capitulo 2: Doce Hermanos

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Y así fue como Dakaria ese mismos día dejó el orfanato. Fue difícil despedirse de todos los niños y las niñas del orfanato y despedirse de las amigas que habían estado con ella desde que llegó al orfanato, pero, todas les deseaban suerte.

En este minuto estaba subiendo a la gran camioneta blanca de sus nuevos padres. Llevaba en su espalda una mochila negra y traía una maleta en la mano derecha en donde traía su ropa. La maleta su nuevo padre la subió a la parte trasera de la camioneta y luego cerró la puerta en donde estaba Dakaria. Sus padres se subieron a la camioneta en los asientos de adelante y esta empezó a andar a los cinco minutos. Al principio Dakaria miraba como se alejaba de su hogar o bueno ex-hogar. Ese orfanato en donde había crecido desde bebe.

—Y dinos Dakaria ¿Qué te gusta hacer? —Pregunto Madison sacándola de sus pensamientos. Al parecer quería empezar una conversación con ella.

Dakaria suspiro—Bueno, pues, me gusta leer y me gusta aprender cosas nuevas.—Contesto Dakaria un poco nerviosa. 

—¿Cómo te va en la escuela?—Preguntó ahora Bartolomeo integrándose a la conversación

—Bien, me gusta estudiar, he sacado el segundo lugar y en mi ultimo año de primaria saqué el mejor promedio de mi clase—Contesto Dakaria con una sonrisa— En el orfanato había una gran biblioteca y gracias a esos libros podía entender mejor las materias de la secu y la primaria

Madison la miró con una sonrisa—En el orfanato nos dijeron que eras muy ordenada y tímida ¿eso es verdad?

Dakaria se mordió el labio inferior—Pues si. Soy un poco tímida

—¿Desde cuando habías vivido en el orfanato?—Preguntó Bartolomeo sin quitar la vista de la calle mientras conducía la camioneta.

—Desde bebe.—Dijo Dakaria un poco triste—En realidad desde que nací. Mi madre murió unos pocos minutos después de que nací y no sé quien es mi padre. Una de las madres llamada Anabell me trajo al orfanato y desde entonces he crecido ahí.

Madison y Bartolomeo se miran sorprendidos—Buenos, ahora que vivirás con nosotros esperamos ser de tu agrado, desde ahora en adelante seremos tu familia y estaremos para lo que nos necesites.—Dijo Madison sonriendo mientras acariciaba el cabello de Dakaria.

Dakaria sonrió y luego miró hacia la ventana. Todo el trayecto fue silencioso y tranquilo. Pero, se quedó impresionada al ver que llegaban a una gran entrada en donde habían un gran portón, el cual se abrió cuando Bartolomeo apretó un botón de las llaves de la camioneta. La camioneta entró y luego siguió un camino. Dakaria se quedó totalmente impresionada al ver como la camioneta se dirigía a una gran mansión blanca. Tenía grandes ventanales dos a cada lado de la puerta además en el segundo piso habían dos ventanas grandes con dos balcones.

—¿E? Disculpen ¿Dónde estamos?—Pregunto Dakaria a sus nuevos padres. Ya que nunca creyó entrar a ese tipo de lugar.

—Estamos en tu nuevo hogar princesa.—Contestó su nueva madre. Dakaria creyó haber escuchado mal.

¿Esa mansión?

—¿Mi que?—Pregunto sin creérselo —Vamos linda.—Dijo su nueva madre sonriendo y Dakaria asintió nerviosa. Bajó del auto con su mochila y su nuevo padre bajó la maleta que venía en la parte detrás de la camioneta.

Los tres empezaron a caminar hacia la mansión. Dakaria miraba al rededor era hermoso su nuevo hogar. Era una mansión con un hermoso jardín, además, había una hermosa piscina de agua cristalina. La mansión tenía grandes ventanales.

Se quedó perpleja al ver lo hermoso que era. Sus padres abrieron las grandes puertas de entrada y pudo ver que al interior había un hermoso salón con una mesa de cristal y unas flores en medio.

Mis 12 hermanos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora