|•Final•|

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Una vez Sailor Moon gritó, Uranus reaccionó corriendo cuando ambas partes estaban completamente inmóviles, a ella se le unió Júpiter quienes entre ambas alzaron el cuerpo de aquel pelinegro alejándolo de la rubia quién miraba en shock hacia el cielo, las demás notaron con horror que Darien tenía incrustada aquella arma en su abdomen y la sangre habia logrado manchar la ropa de la reencarnada princesa quién volvió a su estado civil.

—Esta... —Susurró Sailor Mercury mirándole en shock mientras Venus y Pluto se acercaban a Serena quién yacía inmóvil respirando agitada.

—Oye, está bien —le habló Venus preocupada enganchando su mano a la de su amiga quién tenía sus ojos llorosos —anda, hay que levantarte.

—Dejanos ayudarte, resolveremos esto —dijo Pluto.

—Mamá Serena, por favor... —Susurró Sailor Saturn evitando ver el cuerpo de aquel hombre mientras las demas intentaban acercarse a Serena para levantarla al menos del suelo y sacarla del shock.

—No puedo moverme —murmuró entrecortada la rubia como si el aire comenzará a faltarle mirándolas asustada —no puedo —repitió en voz mas baja colocando su mano derecha sobre su vientre con miedo, Neptune recorrió con su mirada el cuerpo de la joven llegando a sus muslos asustándose.

—Tienes sangre en los muslos —dijo la de cabellos aguamarina alertando a todas que miraron las piernas de la rubia quién ante aquello comenzó a llorar desesperada abrazando su vientre con ambos brazos, Neptune miró aún más asustada a la joven y rápidamente se dirigió hasta ella arrodillándose y colocando su cabeza con delicadeza en sus piernas. —Vuelvan a su forma civil —les dijo con la voz temblorosa mientras la joven en su regazo continuaba llorando —Rei, marca el número de emergencia y que manden dos ambulancias, una para un cuerpo y otra... —Michiru acarició la cabeza de Serena —para una joven quién posiblemente está sufriendo un aborto —articuló nerviosa presenciando el shock en ellas —¡Hazlo! —Le gritó la aguamarina a lo que la pelinegra tomó su celular y marcó el número de emergencias mientras las demas miraban con temor el vientre de la rubia.

[...]

La ambulancia llegó al hospital, de ella bajaron a la joven en la camilla quién venía acompañada de Michiru mientras detrás llegaban las demás, entonces se llevaron rápidamente a la rubia a emergencias dejando a sus amigas en la sala de urgencias, Lita procuro llamar a los Tsukino para informar de lo sucedido.

Una vez la familia de la chica llegó les explicaron que Darien y ella habían terminado, que tuvieron una riña en el parque y el se había vuelto "loco" a lo que atacó a la rubia sin pensar, ante la conmoción temían que sufriera un aborto o hubiera abortado.

Los minutos se volvieron una hora hasta que una doctora se reunió con ellos para darles noticias de Serena.

[...]

Haruka conducía su auto teniendo un destino ya escrito, la rubia ceniza se detuvo en un semáforo y suspiró.

Ya se cumple un mes —pensó mirando detenidamente la luz roja —parece que fue ayer cuando enfrentamos toda la situación con el traidor y sus cómplices, debo decir que después de ese enfrentamiento sufrimos un periodo de gran angustia —Haruka hizo una mueca Chiba cambió por aquella mujer llamada Mariko, investigamos y ella misma había causado esto, la misma Cabeza de Bombón nos lo explicó después de que recuperó fuerzas, el había sido influenciado por aquella mujer la cual atrapo su alma, llenando su cabeza de ideas que logró persuadirlo —chasqueó la lengua molesta —le vendió su alma a una bruja, una bruja que quería poseer el Cristal por egoísmo y soberbia, algo que ella ya había intentado tiempo atrás —el semáforo pronto cambio a verde a lo que volvió a seguir su camino —Serena nos contó que entre sueños recordó lo que había pasado. Mariko fue una hechicera muy reconocida en el Milenio de Plata pero se dejo cegar por el poder que mostraba el Cristal así que trato de robarlo pero nuestra Reina la combatió y la había encerrado, pero se liberó de aquella prisión pero al final no ganaron —pensó lo último con una sonrisa, pronto aparcó frente a la residencia Tsukino.

Serena bajo las escaleras y se dirigió a la puerta principal pero fue interceptada por su madre quien le miró con una sonrisa y una ceja alzada para después extenderle una bolsa.

—Lleva eso para comer, te conozco y eres capaz de comer lo primero que se te antoje y necesitas cuidar tu alimentación —le dijo Ikuko con una sonrisa.

—Mamá —refutó la rubia con un puchero —pero si volveré pronto.

—Si, pero te dará hambre, eso es lo que sucede cuando estás embarazada y tú mi niña comes demasiado —agregó con cierta gracia a lo que su hija rió.

—Vale, ya entendí —refunfuñó para después darle un beso en la mejilla —vendré más tarde —le pasó de largo abriendo la puerta —y si, tendré mucho cuidado —añadió para después cerrar la puerta detrás de si, desvío su mirada al frente viendo a Haruka a la cual le sonrió, rápidamente llegó hasta ella y le saludó con un beso en la mejilla —buen día, gracias por llevarme.

—No hay problema, Cabeza de bombón —respondió la guardiana de los vientos dejando que entrara al auto y después subir al asiento del piloto.

—Mis padres no podían llevarme está vez, pero me alegra que estuvieras disponible —dijo con una sonrisa.

—¿Te has sentido bien? ¿Has guardado buen reposo? —Le preguntó mientras arrancaba el auto.

—Si, mi familia cuida de que tome el descanso debido aunque debo admitir que estoy un poco aburrida ya.

—Tuviste una amenaza de aborto, está bien que guardes reposo —le dijo Haruka con seriedad conduciendo moderadamente.

—Si, lo sé... —Susurró colocando su mano en su pequeño abultado vientre.

—Sin duda, será muy amado, será una luz igual que tu ya que es un sobreviviente —dijo Haruka con una sonrisa al ver de reojo la acción de la joven guardiana de la luna.

—Seguro que si, no tengo la más mínima duda —afirmó Serena sonriendo. —Tú serás una bella bendición, todos esperan tu llegada y yo soy la mas ansiosa por ella, se que sera duro pero te prometo que tu y yo estaremos junto, te contaré mis sueños, mis aventuras, mi historia y sobre todo no dejaré que tengas Una vida secreta.

[...]

Una Vida Secreta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora