—Tranquilízate, tranquilízate—. Me digo a mi misma. Él chico de hace un momento se esta parando con la vista fija en mi, hasta que en un momento comienza a rebuscar algo en su pantalón.
—Mierda, estoy jodida. — ¿Alguna vez les ha pasado que quieres salir corriendo pero las piernas se le quedan estáticas como dos bloc, y sumándole que eres muy dramática y paranoica? Si señores, esto es lo que me esta pasando justo ahora.
No lo pienso dos veces y salgo disparada. No miro hacia tras pensando que el chico-guapo-ladrón quizás quiera robarme lo poco que tengo. Instintivamente tiento mi falda para coger mi celular.
—Santa cachucha. —buen momento para caerse. —Pfff. —bufe. Excelente día, ¿no?
—! Ey! ¡Para! —escucho desde atrás, quizás sea el ladrón. Bueno va a ser consciente y me va a preguntar si puede robarme o no, ¿que educado, no?
Sigo corriendo pero tropiezo con una rama. Dios mío, dime, ¿en que te he fallado? Sólo le robe un chocolate a la abuela hace unos 5 años. ¿Acaso ya no te pedí perdón?
— ¿Practicas algún tipo de deporte o que? ¡Llevo como 10 minutos y nada de alcanzarte mujer! —me expresa el chico a mi lado. Sé nota cansado ¿Y como no lo estaría? Además, lucía muy cansado como si acabase de hacer un gran esfuerzo al correr. Más de lo normal.
—Por favor no me mates, si quieres llévate la cartera, pero déjame con vida. — le suplico aun en el suelo.
— ¿Matarte, robarte? —echo una carcajada seca, sin gracia con la respiración entrecortada.
—Si, ¿Acaso por eso no me perseguías? —me extiende su mano para levantarme. Lo dudo unos segundos pero al final cedí.
—Solo quería pasarte tus llaves que se te habían caído, en ningún momento pensé robarte. —puso una cara seria. Me extendió las llaves, las cuales les arrebate de golpe.
—Oh lo siento no quer...
—No te disculpes solo ten mas cuidado.-me interrumpe y se da media vuelta para marcharse de camino a la estación de bus. Le imite la acción pero hacia el camino contrario.
—Oye. —escucho su voz nuevamente. Me volteo. —Se mas cuidadosa. —me extiende el celular. Levanto la mano y lo sostengo en mis manos.
—Gracias. —pero ya se había ido.
Nota mental: Nunca de los nunca volver a juzgar a una persona por su físico. Aún quedan personas buenas.
O eso creo.
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—Entonces...
—Aja.
—Maldición Gaby he pasado por tantas cosas esta noche y tu solo me dice "Entonces"— hago énfasis en la última palabra. La detesto.
—Eres muy dramática amiga mía. Mírale el lado bueno a todo esto.
—Tu siempre tan positiva. — ruedo los ojos de manera divertida.
—Encontraste a tu Christian Gray, baby. — ¿Es en serio? Le golpeo el hombro.
—Se te olvido la parte en la que confundí al pobre chico con un ladrón. —sonreí recordando el echo de hace unas horas.
—Eres una idiota. —me pasa una copa de refresco. Estábamos sentadas en el porche de su casa.
—Tu idiota favorita nena. —le dije divertida. —Ahora si en serio, ¿Cual es la emergencia?
—Mi tía se mudo a la ciudad...así que quería complacerla con su dulce preferido. — ¿Es en serio? —pensé. La mire con incredulidad.
—Okey, entiendo, ésta muy bien eso de querer añoñar un poco a tu tía, pero ¿En donde entro yo?
—Me vas a ayudar a preparar el dulce, ya sabes tu especialidad; dulce de leche. —chilla. Tiene una gran sonrisa que le daría miedo a cualquier niño. Una sonrisa diabólica.
—Esta bien, ¿Pero donde están mis palomitas de maíz? —esta vez soy yo la que sonríe de manera rara. Me mira asustada. —Haces caras más feas que yo Juanita. —Sabía que odiaba que le llamase por ese nombre.
¿Pero que culpa tenia yo de que ella se llamara así?
—Cierra tu boca, levanta tu lindo trasero, y vayamos a comer. —no saben como amo a esta idiota.
Hola hermosa personita que esta leyendo esto ahora.♥
¿Cómo estas?
¡Espero que súper bien!
Cuéntame, ¿Qué te pareció el capitulo? ¿Tienes alguna duda?
Si es así, déjamela en los comentarios.
Que pases feliz resto del día/noche.
XOXO♥—kairis
