Capítulo Tres

2.9K 367 126
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me había dado cuenta de que en realidad, yo nunca había conocido a Matthew, que lo estaba empezando a hacer ahora. Sí, su carácter seguía siendo igual que en West Salem: las mismas bromas absurdas, las mismas actitudes de niño pequeño, la misma arrogancia...

Pero, había algo distinto, algo que hacía que te dieras cuenta de que había ocultado su personalidad real cuando estábamos en la ciudad. Quizá era la forma en la que hablaba cuando se trataba de un tema serio, quizá era que parecía que le cambiaba la actitud, se convertía en adulto cuando la situación lo ameritaba, ya fuese con mis problemas o como ahora, que nos habían atacado vampiros.

Él no dudaba, si tenía que hacer algo, lo hacía sin ni siquiera pestañear. Había visto su actitud delante de los vampiros que nos querían atacar: chulesca, soberbia, engreída, se creía superior y estaba muy seguro de sí mismo, incluso demasiado.

Que era arrogante y egocéntrico ya lo sabía, lo había demostrado desde el primer día que lo conocí, pero esa barrera que él creó, la que hacía que nadie lo conociera de verdad, conmigo ya no la tenía, se mostraba tal y cómo era. Y me gustaba, aunque fuese tan diferente a mí me gustaba que por fin supiese cómo era el carácter de mi primo.

Ese cambio de actitud en Matthew no era lo que más me preocupaba, a la larga sabía que lo habría acabado conociendo, había otra cosa que estaba en mi mente y no podía obviarlo.

Gael.

Lo peor era que había estado ahí, nos había seguido desde el inicio del viaje, tan cerca de nosotros, sabiendo en cada momento lo que hacíamos.

Y no sabía el motivo.

¿Por qué me seguía? ¿Había abandonado West Salem? Él tenía su vida, o lo que fuese que hacía en esa ciudad. Era profesor, tenía una buena casa, parecía que la gente lo admiraba, porque cuando lo había visto por la noche siempre estaba rodeado de gente.

Sabiendo esto, no entendía la razón por la que estaba aquí, ¿seguía queriéndome utilizar? Porque yo ya sabía la verdad, sabía que todo había sido una mentira entre ambos, que nada había sido real, ni incluso sus sentimientos hacia mí. ¿Su venganza era más importante que su tranquilidad? ¿O había algo más? Algo que no sabía, que era muy posible, no es que supiese muchas cosas a decir verdad.

Quizá él creía que aún podía convencerme, que aún tenía poder sobre mí, que podía volverse a ganar mi confianza como había hecho con anterioridad. Dijo e hizo todo lo que yo quería escuchar, y así se ganó mi respeto y que me fiase de él. Un error por mi parte. Uno que no volvería a cometer.

Y yo... yo debería odiarlo por todo lo que me había hecho, por haber roto mi confianza, por haberme usado de esa manera, por ocultarme la verdad.

Debería.

Porque no podía hacerlo, por mucho que lo intentase no podía, algo en mí me impedía que lo odiase.

Verlo había sido un duro golpe para mí, y por un momento quise besarle cuando nos estábamos mirando. Una parte de mí quería hacerlo, besarlo y olvidarme de todo por un momento, olvidarme de que me había traicionado por su propio beneficio. Al lado de él me sentía protegida, aún a día de hoy cuando había estado a su lado me seguía sintiendo así. Y eso me enfurecía.

Imperdonable  ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora