She's... Special ⚜Sakamaki Brother's⚜ #RE1

❀1❀ Conozcamonos

Se encontraba en la habitación que le fue proporcionada por esos extraños hermanos ¿Como había terminado envuelta en esa situación? Se podía decir que se encontraba ahí bajo amenaza. Admiró el cuarto, era de un color amarillo pastel, no era feo... pero preferiría otro color.

No entendía porque estaba allí, solo sabía que permanecería en ese lugar quiera o no y que no debía preguntar mucho sobre el tema, esos chicos solo le dejaron en claro que ellos tenían el control de la situación.

Suspiró y sobó su vientre. Por más que hace poco haya empezado a crecer esa vida en ella no quería dejarla, estaba muy encariñada con ese feto que fue formado junto a su esposo.

Su esposo.

¿Como estaría? ¿Se habría preocupado por ella? Ya habían pasado unas dos horas desde que él llegó a la casa, seguro se sorprendió al no verla.

— Lo lamento querido... —soltó en voz alta sin querer, rompiendo en llanto al instante.

Si él supiera su situación la comprendería, no se perdonaria si pierde el embarazo por una decisión suya, porque ella sabía que los primeros tres meses eran los más probables de aborto espontáneo, y seguramente ellos también.

Suspiró intentando calmarse.

— Tengo que ser fuerte por ti — habló mirándose el vientre.

Pero tenía muchas dudas.

¿Quienes eran esos adolescentes? ¿Como fue que quedó con ellos bajo amenaza? Era mayor que ellos, no entendía como aceptó el quedarse; seguramente el miedo le jugó en contra.

Tanteó para buscar su celular al no sentirlo, pero recordó que el rubio se lo había quitado; ni siquiera le dejaron avisarle a su esposo... Esto seguramente se lo podía considerar secuestro.

Sintió unos golpes en la puerta.

— Señorita Erika, la cena está servida — escuchó la voz de uno de los hermanos, sin saber específicamente de cual.

— Y-Ya voy — dijo sorprendida, ¿Cenaría con ellos?... Realmente sentía que estaba invadiendo su mesa.

Movió su cabeza mientras salía, ¿Que estaba diciendo? Ella estaba ahí contra su voluntad.

Al salir no vió al remitente de la voz, le pareció extraño, pero simplemente fue al comedor. Vió que todos los hermanos estaban sentados en la mesa esperándola para comenzar.

— Lamento la tardanza —dijo mientras se sentaba frente al rubio que se había presentado como el "mayor", de él no se olvidaba ya que la había amenazado.

Vió el plato frente a ella, era un poco de pescado acompañado de verduras y arroz, muy apetecible a su vista ¿Quien lo había cocinado? Lo probó y sabía delicioso. Iba a comentar sobre ello, pero por estar en ese ambiente tan silencioso le pareció desubicado, luego daría las gracias.

(...)

—Pueden retirarse — dijo el pelinegro, los otros integrantes empezaron a levantarse, la castaña copió su acción pero levantando consigo su plato—. ¿Que hace?

—Solo levanto lo que usé, tambien lo lavaré —dijo dispuesta a entrar a la cocina, al parecer al de lentes pareció agradarle su gesto—, además halago su comida ¿Usted cocino, verdad?, estuvo delicioso.

— Así es, me alegra que le haya gustado. Sobre levantar las cosas no es necesario, ya me encargo yo— dijo —, si llego a necesitar ayuda se lo pediré.

— De acuerdo — dijo sonriendo, pero dejando la oración inconclusa, siempre fue malísima para recordar a las personas—, perdona, ¿podrías recordarme tú nombre? No tengo muy buena memoria.

—Soy Reiji —dijo tranquilamente sin molestarse mientras apilaba los platos, le pareció oportuno comenzar una conversación con ella sin interrogarla—. Supongo que si eres casada ya eres mayor de edad.

— Así es —dijo teniendo oportunidad de presentarse como era debido, no vendría mal conocerlos un poco más, además él hasta ahora no se había comportado mal con ella... Obviando el aceptar que la mantengan allí —, tengo 22 años y el año pasado terminé el profesorado de musica; ¿Ustedes cursan el Instituto?

— Así es, en mi caso este mí ultimo año como Shū — dijo mientras se dirigía a la cocina—, aunque nos queda un día y tendremos un pequeño receso, y luego ahí si proseguiremos al último año.

— ¡Que lindo! Se pasan volando los últimos años de secundaria.

— Podría decirse — respondió desinteresado—, aunque me parece una pérdida de tiempo, ya que desde pequeño soy autodidacta.

La mujer lo miró asombrado y lo acompañó a la cocina llevando los vasos .

—Wow, te admiro, yo nunca tuve la capacidad para serlo.

— No es nada del otro mundo — dijo restándole importancia.

— ¡Claro que si! Tiene que tener una gran capacidad para hacerlo, ¡No se desvalorices! —respondió dejando los utensilios en el fregadero, le agarró curiosidad y aprovechó para hablar-. ¿Viven ustedes solos?

— Si, yo me encargo de la administración del dinero de la casa — Dijo mientras traía el resto de los platos.

— ¿Y sus padres? —preguntó pero vió la cara del pelinegro y notó que no era un buen tema —. Retiro lo dicho, si me disculpa iré a mí habitación. Buenas noches —dijo retirándose, por un momento había olvidado porque se encontraba allí.

— Buenas noches — respondió extrañado por la frase, pero luego recordó que la mujer no estaba enterado de lo que eran ellos.

«Ya lo descubrirá sola»