Como de constumbre, nada pasaba, todo seguía exactamente igual.
Mis compañeros me trataban normal, ni bien ni mal, supongo que es por que no soy el más empollón, el más guapo, el más ligon, o la chica misteriosa de la que todos hablan, no, yo no era así.
Solo era un personaje plano, secundario en las vidas de los demas, y en la mia propia.No es que este equivocado, solo no has visto la cosas desde mi punto de vista.
Siempre nos equivocaremos, una y otra y otra vez, pero, no podemos vivir en el pasado.
Debemos ser, quien queramos ser, como queramos ser, que nadie, nos diga lo contrario.- William Drearasy.Seguía faltandole algo a mi carta, ¿Pero el qué? ¿Qué era lo que le faltaba?
No era perfecta.En ese momento, fue, cuando se me ocurrió la genial idea que haría cambiar totalmente mi estilo de ver la vida.
Me pregunté a mi mismo. Si estuviese con gente que lo pasase peor que yo, y les ayudase a mejorarlo, ¿Podría hacerla perfecta? ¿Como espero cambiar el mundo, si no puedo ayudar a una persona?Así fue como el jueves 10 de octubre del año 2xxx, le hablé por primera vez.
-¿No te aburré estar solo?- Le pregunté a él, el chico que se sentaba detras de mi, el cual era el objetivo de los abusones y tenía cardenales repartidos por todo el cuerpo.
El chico, levantó su cabeza para mirarme, ahora que me fijaba, era un chico bastante normal, ojos azul cielo, piel blanca como la leche, pelo azabache con un largo flequillo y largas pestañas, si no fuese por el uniforme de chico, lo habría confundido con una chica.
-Es mejor que estar con gente como tu.- Respondió a mi pregunta anterior.
-Soy William Drearasy. Alegrate, estoy aqui, para ayudarte.
- No necesito tu ayuda, ademas. ¿Como piensas ayudarme exactamente?
No lo había pensado, ¿Como podía ayudarle? Realmente tratar con este tipo de personas, no era lo mio.
- Ahh.- Resoplo.- Ni siquiera lo habías pensado. ¿Verdad?
El Chico fue interrumpido por una chillona voz, que no paraba de acercarse.
-¿Quién te dio permiso para hablar? -Le pregunto la chica más repelente de nuestra clase, una chica alta, y rubia (Seguro de bote.) de ojos azules, el prototipo perfecto Americano.
Un fuerte golpe se escucho, y para cuando me quise dar cuenta, Amber, esa chica, estaba Pegandole patadas al estomago de ese chico cuyo nombre no sé.
- Oye...¿Quién te crees para sujetarme del brazo?- Me pregunto Amber, mirando el lugar desde el cual la sujetaba.
-Aun no se su nombre, y si no paras de pegarle, no se lo podré preguntar.
-¿Eh? Y ¿Eso que tiene que ver conmigo?- Su sonrisa se transformo en una aun más perversa y retorcida que antes.
-¿Por qué haces esto? Sabes que no esta bien. ¿Te gustaría que te lo hicieran a ti?
-Se que él no se va a denfender de mi.
-Pues si el no se defiende, yo mismo lo defenderé.
-Ehhh, ahora además de friki y repelente, ese chico ¿Es Maricón? Hahahahaha. ¿Lo habéis oído? Él lo defenderá...¿Como lo piensas defender? -Dijo cogiendome de la camisa y pegandome un puñetazo en la barriga.
-Así. -Le agarré de su camisa y le pegué una pequeña torta.
-Pero... ¿Qué? ¿Como has podido?- Me gritó una de sus amigas.
-Que ella sea una chica, no le da la opción de poder pegar a un chico sin riesgo de las consecuencias y sin que el se pueda defender, da igual lo que seas, hombre, mujer, perro, gato, todo ser vivo tiene derecho a defenderse cuando ponen en peligro su salud.
-Tsk, esto no ha acabado aquí.- Gritó con su ruidosa voz de pito, antes de marcharse con sus "amigas".
-¿Por qué hiciste eso?- Me preguntó el chico mirandome con sus grandes ojos azules.
-Aun no sé tu nombre.
Se empezó a reir en el suelo como loco mientras toda la clase lo miraba. ¿Tan raro era lo que había preguntado?
-Eres un chico interesante, Me llamo Sky, encantado de conocerte William.-El chico me sonrió mostrandome sus blancos dientes, demostrandome que una sonrisa en una cara llena de heridas y cardenales, con los ojos apunto de las lágrimas, era más hermosa, que cualquiera, de las que ponían esas personas falsas en la calles, o de incluso más, que las que salían en anuncios de pastasdentales.
Era, simplemente única.
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Cartas suicidas de un poeta.
AléatoireLa verdad, no es que mi vida sea muy mala, ni mucho menos, de echo es bastante normal. Pero, por alguna razón, me siento vacío, tal vez, fue el vacío que mi padre dejó cuando se marchó de casa, no lo sé, pero,por alguna razón no me siento vivo. Un d...