Anecdotario.

Anécdota 5 De: Nino Para: Alya {Una Semana Se Dice Fácil}

Para leer después.

Solo eso se leía en el sobre, al inicio Alya tenía una emoción enorme y poco falta para abrirlo en ese momento.

¿Qué podía ser viniendo de Nino?, el chico más divertido que había conocido en su vida entera, desde ese día que había pasado con él en una jaula encerrada por Ladybug, había visto otro lado del chico, era amable y atento, aunque pensar que el gustaba de ella, empezó poniéndola molesta, el chico había aceptado estar enamorado de su amiga en realidad. Con ayuda de Adrien había invitado a la peliazul al Zoológico, el plan era quedarse con ella a solas, pero terminó... Bueno algo diferente.

Pero de inmediato Adrien repartió regalos y la carta fue olvidada.

Más tarde la chica se fue, su familia aunque pequeña, se juntaba desde temprano, sus padres tenían el día libre, por lo que juntos decoraban su árbol y preparaban la cena, eso la hizo olvidar aquella carta tan extraña de parte de Nino.

28 de diciembre. 11:30 pm

Al fin un día para ella, ya había terminado sus labores en casa, sus hermanitas estaban dormidas y el Lady blog estaba al día, podía disfrutar de sus regalos de navidad, eran vacaciones, la hora de dormir era hasta que su madre llegara del trabajo.

Sus padres le regalaron una nueva memoria SD para su cámara, que ahora era la que le había regalado Adrien que iría en la bolsa que Marinette hizo justo para ella. Las personas más importantes de su vida estaban representadas en pequeños regalos.

A su mente vino el primer día, como conoció a Marinette, de hecho Adrien no había llegado ese día y Nino que fue movido de la última banca.

¿Nino? Busco la caja naranja que estaba debajo de su cama y al sacar el libro salió lo que buscaba.

Para leer después.

 
Rápidamente la recogió, rompió el sobre con cuidado y saco una hoja perfectamente doblada con un aroma floral.

Mon Cher Alya:

Hace unas noches que no puedo dormir, ¿Por que te lo cuento? Bueno aunque no lo creas, eres la razón de eso. No es algo malo, es solo que no puedo olvidar tus ojos, cafés y dulces como el chocolate, llenos de ansias por salir al mundo.
Disculpame por decirte todo esto, pero te he visto tanto estas últimas semanas en la escuela, y todos los días te pienso.
Tal vez pienses que soy un stalker por estar al pendiente de ti, lo siento de nuevo por eso.
Ni siquiera puedo escribir esta carta, me aterra tanto que no puedo, si, incluso los chicos cool como yo tenemos miedo.
Miedo de que leas esto y te rías, de que no sientas lo mismo por mi, de que te alejes de mi, de que nuestra amistad se vuelva incomoda por esta confesión, por que Je t'aime Alya Cesarie, con todo mi corazón, desde esa tarde en la jaula, tu inesperada forma de ser me sorprendió y me enamoro mucho.

Espero alguna respuesta de esta carta, no me tengas más nervioso de lo que estoy.

Joeux Noel Alya.

Nino Lahiffe.

Nunca se esperaba que se tratara de eso la carta, ahora mismo se sentía una gran torpe, ¿Por que no leyó antes la carta? ¿Por que no se había dado cuenta antes de lo que Nino sentía por ella?

¿Ella sentía lo mismo?

Lamentaba la espera que tendría Nino, pero lo vería hasta regresando a la escuela.

—¡Alya! — la voz de su madre sonó desde la entrada — llegó una carta para ti cariño.

¿Más cartas? No era el momento adecuado.

— Ya voy mamá —Salio de su habitacion, la carta esta vez era diferente, sobre blanco con un sello al frente en forma de una mariposa. Símbolo de las empresas Agreste.

No, por favor.

Pero lo único evitable, es lo inevitable, era una invitación para la fiesta de año nuevo de Adrien

— Maldición, Agreste.

Esto era un plan muy elaborado de los chicos, como futura reportera, recordaba muchos detalles de sus compañeros, entre ellos, sabía que la carta de Nino no la había escrito él, esa no era su letra, el chico solo podía confiar en alguien. Corriendo regreso a su habitación, tomó el celular y marcó aquel número.

—¡Adrien esto es tu culpa!

—¿Que tienen tu y Nino contra una buena noche de descanso? — su voz se oía somnolienta. 

—No me cambies el tema, tu ayudaste a Nino, puedo casi asegurar que tu planteaste todo.

—Y... ¿para eso llamaste?

— ¿Para amenazarte? ¡Por supuesto!, ayudaste al único chico que creo que es genial y vale la pena en este mundo a declarar su amor por mi.

— ¡Auch! Que poco confías en mi Alya, pero si crees eso, me parece que pierdes el tiempo hablando conmigo.

Nunca aceptaría esto en público, pero Adrien tenía razón ¿Qué la detenía? él la quería, ella lo quería...

—¿A que hora es tu dichosa fiesta?