Anecdota 6 No eres mi tipo {Una semana se dice fácil}

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 — No Nino, esas son orquídeas.

Adrien estaba cansado de repetir cada nombre de las flores que existían en el invernadero de su casa, Nino quería sorprender a Alya dándole flores, ¿El problema? Adrien le había contado sobre el lenguaje de las flores y ahora el moreno estaba decidido a aprender a conocer las flores.

Paso toda la tarde, aunque Nino sabía reconocer algunas flores, aun no sabía bien su significado. Cansado, el rubio se encontraba sentado en una silla junto a la mesa en la que solía tomar té con su madre

—Lo bueno viejo es que aún tenemos tiempo ¿No crees?

— Nino... Muy bien, una última vez ¿De acuerdo? — Su amigo asintió con la cabeza — ahora imagina que soy Alya

— Hermano, si fueras Alya no andaría contigo.

— ¡Concéntrate Nino! Y tampoco saldría contigo.

— Bien, bien Alya, yo quería saber ¿Qué es lo que piensas de la carta que te entregue en navidad?

Adrien se aclaró la garganta y haciendo una excelente y muy parecida imitación de Alya hablo.

— Bueno Nino, no se es difícil, nunca había pensado que tú sentías algo por mí.

—Amigo no está haciendo las cosas fáciles por dos razones, Alya no contestaría eso y sabes imitarla muy bien.

— Y dicen que la diva soy yo, mira Nino, se lo piensa Alya no me preguntes como ni que es lo que piensa, pero créeme cuando te contesto ahora — dijo volviendo a su imitación — En serio Nino, siempre te había visto como el mejor de mis amigos, pero creo que podría llegar a quererte.

Entonces Nino busco entre todas las flores cercanas, tomo una que le pareció para la ocasión.

Sillene, Amor joven.

— Gracias por la flor Nino, pero no te entiendo.

— Veras Alya, es el antiguo lenguaje de las flores, los amantes se las enviaban y tenían un mensaje oculto.

Al final de la oración entrego otra flor.

Acónito, Quiero tu muerte.

— Si le das esta flor, juro que te matara y yo le ayudare — dijo el rubio ante la flor azul que le dio.

— Bien basta, tengo hambre. — El joven de gorra dio la vuelta y rumbo a la salida, cuando encontró una flor que creía conocer... creía — Toma esta es para ti.

Extendió la flor a Adrien, quien vio con extrañeza aquella planta.

— Serán para Alya ¿No?

— No, hojas de trigo, fortuna.

Hacía mucho, pero mucho tiempo que Adrien no reía tan fuerte,

— ¿Conoces el trigo amigo? — hablo entre risas.

— Es con el que hacen el pan y es una gramínea — no entendía aquella reacción del rubio — ¿Por qué la risa?

— Nadie te niega eso Nino, pero lo último que se puede plantar aquí es Trigo, esas son hojas de Dracena.

— Vaya, ¿Qué significan?

— Solo te diré algo Nino, No eres mi tipo.

Y ahí dejo a su amigo, con los ojos abiertos y la boca abierta. ¿Qué demonios significaban las hojas de Dracena?

Hojas de Dracena, robare tu corazón.

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