MALCOM WEST
- ¿y? -pregunta Jordan acercándose.
- no sé que mierda -mascullo- creí que le gustaría la casa -digo rodando los ojos- estuvo mal venir aquí, me hubiera quedado en mi otra mansión -digo cansado arrojando mí cuerpo al sofá.
- dale un poco de tiempo para adaptarce, ya sé! Organiza una cena, digo para conocerce -dice Jordan provocándome una sonrisa irónica.
- ¿crees que tengo cara de romántico? -pregunto dejando de sonreír.
- bueno tienes cara de pitbull rabioso -dice gracioso a lo que lo miro mal- no dije que hagas una gran cena pero al menos habla con ella -dice obvio y yo vuelvo a rodar los ojos- pareces un retrasado haciendo eso -lo golpeo en el hombro mientras rio- vamos habla con ella -me anima.
- ¿hablar de qué? -pregunta una voz femenina, ambos nos volteamos para mirar por encima del respaldo del sofá, y hay estaba ella de brazos cruzados recargada en el humbral mirándonos fijamente.
- suerte -me susurra Jordan dándome un golpecito en el hombro, pasa por encima del sofá y se va mientras observa a Mackenzie. Cuando está detrás de ella me levanta los pulgares y se va.
- ¿hablar de qué? -vuelve a preguntar ella y yo me levanto. De algun modo me siento nervioso, maldición es mi unica oportunidad de enorgulleser a mis padres, es la primera jodida chica que me interesa en toda mi puta vida. Y no la quiero cagar.
- hemm...sobre...la cena -dije dándome una idea.
- ¿cena? -pregunta graciosa con una sonrisa.
- ¿te parece gracioso? -pregunto serio poniéndome de brazos cruzados.
- viniendo de ti, si -dice y ríe a lo bajo.
- si quieres te puedo dejar sin comer -digo y su sonrisa desaparece provocando la mía.
- tú no puedes obligarme a no comer -dice ahora enojada.
- claro que puedo, eres mía ahora, yo te diré que puedes y no puedes hacer -digo firmemente y ella abre la boca indignada. Mierda porque dije eso.
- no soy un objeto para que sea de tu propiedad -dice furiosa corriendo escaleras arriba y azota la puerta de su habitación.
Mierda.
- demonios! -grito golpeando el sofá.
Si así comenzamos no me imagino que nos esperará más adelante.
Fui a la cocina y me senté en una pequeña silla en frente de la mesada y bebí, bebí tanto que no recuerdo más nada. Mañana será un nuevo día. Una nueva oportunidad de conquistarla. Espero que no sea rencorosa .MACKENZIE SMITH
Quien se cree que es para decirme que puedo o no puedo hacer, aun que viva bajo su techo no tiene derecho a tratarme como un objeto. Debería tener más conciencia y darme cuenta que ese tipo podría hacerme cualquier cosa cuando quiera cada vez que le contesto así.
Me encerre en mi habitación con rabia, mierda no tiene seguro, él podría entrar cuando quiera. Me tiré a la cama y miré el gran placar con mi ropa dentro. No podría vivir así, no de ésta manera.
Unos minutos despúes ya me habría duchado y puesto mi pijama, me acomodé en la cama y al sentir la suavidad de las sábanas hacer contacto con mi piel me sentí tan relajada. Iba a quedarme dormida cuando un ruido de algo cayendo en seco me sobresaltó, me levanté y salí de la habitación, me lo encontré tirado en el piso del pasillo.- Malcom debes...levantarte...y llegar a tu habitación -dice una de las sirvientas tratando de levantarlo.
- que bien y también es un ebrio -mascullo con disgusto y al parecer la mujer me escuchó porque me miró.
- señorita ¿necesita algo? -me pregunta educadamente.
- no -digo acercandome- te ayudaré -digo también intentando levantarlo.
- no señorita, puedo yo sola -intenta alejarme de él.
- está bien, y no me llames señorita soy Mackenzie -digo amablemente. Por si acaso lo hago por la pobre mujer que debe lleva su estúpido trasero tatuado a la habitación.
- gracias Mackenzie -dice resaltando mi nombre, solo le sonrío y la ayudo a llevarlo hasta una puerta negra que debo asegurar que es la de su habitación- puedes irte, yo puedo sola -dice tomando el picaporte.
- no importa, te ayudaré -digo pero ella se niega.
- lo siento Mackenzie, Malcom no quiere que entren a su habitación -dice a lo que yo frunso el ceño- gracias por ayudarme, puede volver a su habitación -dice esperando a que me vaya, confundida me volteo y voy caminando hasta el final del pasillo donde estaba mi habitación, miré por detrás y ví como la mujer se metió a la habitación con Malcom colgado de sus hombros. Que suerte tengo ¿ésta será mi vida? ¿lidiar con ebrios? Ahhg mejor me voy a dormir, mañana será un nuevo día. Una nueva oportunida de acostumbrarme a esto. Espero no ser reconcoroza con él.
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Desperté por unos ronquidos que provenían a un lado de mi. Me levanté sobresaltada al ver el cuerpo completamente tatuado de Malcom dormido en mi CAMA! Y JUNTO A MI!
- que mierda -mascullo saltando de la cama. Fui hasta el otro extremo donde él dormía profundamente. No pude evitar sonreír al verlo dormir así, sin camiseta y con su cabello alborotado. Acaricie uno de sus hermosos rizos mientras él se removia en la almohada. De repente entró la misma mujer que lo había llevado a su habitación, me miró apenada.
- perdón señori...Mackenzie -se corrige- Malcom quiso venir a dormir con usted y no pude mantenerlo en su habitación, así que no tuve remedio, no dormiria -dice apenada.
- está bien no pasa nada -digo tranquilizandola- ¿cómo te llamas? -pregunto despúes de unos minutos en silencio viendo a Malcom dormir.
- Gloria -dice amigablemente y yo le sonrío- el desayuno está hecho -me informa.
- ha, está bien, solo dejame cambirme y bajare -ella asiente y se retira. Miro de nuevo a Malcom y aún sigue dormido, voy a mi placar y busco algo que ponerme, me desvisto y me pongo unos short y camiceta de mangas largas.
- si veré esto cada mañana, debería enbriagarme más seguido -escucho su ronca voz, no me di cuenta de que me estaba viendo, tampoco me di cuenta de que tenía un baño para cambiarme. Me voltee y hay estaba él frotándose la palma de su mano en uno de sus ojos, lo miré enojada.
- si no sabes beber no es mi problema -digo y él sonríe. De nuevo esa jodida electricidad.
- bueno, al menos sé que dormí bien -dice con su ronca voz mirándome coqueto.
- claro -suelto sin interés y salgo de la habitación. Bajé descalza y fui a la cocina, vi la mesada llena de exquisiteces pasteleras, me senté en una de las sillas y Gloria me sirvió café. ¿Mis mañanas serán así?. Bueno no me quejaré por la comida.