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Sinceridad, miedo y alivio

Oliver sabe que es bien parecido. Más allá de su egocentrismo como dice su joven asistente, el sabe que es bastante apuesto. Sumandole a eso su educación, títulos y habilidades sabe que es un buen partido, al igual que lo fue su hermano en vida.

Si bien era Eugene quién más suerte con las chicas tenía debido a su caracter sociable. Él había tenido una que otra muchacha interesada en él

Por supuesto, las rechazó de esa forma tan característica de él:

" Gracias, pero no estoy interesado"

Frío y sin contemplaciones

Por supuesto, no tenía porque sentirse culpable. Las chicas que rechazaba a los pocos días se sumaban a las pretendientes de su hermano. Lo cual solo confirmaba su postura, viendo la rapidez con la que se recuperaron dejaba en claro que el cariño que profesaban era mero interés.

O por su imagen, su renombre o su dinero.

Por eso se sorprendió tanto cuando su volatil asistente le confesó  un  cariño más allá del familiar que tanto profesaba a los miembros de su equipo -y aunque lo negara en voz alta, sus amigos- .

"¡Naru, te quiero!"

En el fondo sabía que era sincero, que el cariño que Mai le ofrecía era de lo más sincero. El tiempo que convivieron le había permitido conocerla, el tiempo que ella se había abierto con él era para eso mismo, para que la conociera y supiera que era sincera.

A diferencia de él, que ni su nombre real tuvo consideración de compartirle.
Ella era un libro abierto, sin mentiras ni secretos.

Justo como ahora
Con las mejillas sonrojadas, nerviosa y temerosa de su respuesta. De un posible rechazo.

Y quizo creerle, quizo creer en su sinceridad. Pero al igual que ella, él tenía miedo. Miedo de lo que impulsaba el cariño de Mai no era más que un interés. No monetario, más bien de un reemplazo.

Un reemplazo de su propio hermano. Y aunque fuera de forma involuntaria, quería estar seguro que a quien Mai se confesaba era a él, el amargado, gruñon, egolatra, narcisista, trabajolico y adicto al té Oliver Davis -Shibuya Kazuya o Naru, o como ella lo quiera reconocer- y no al reflejo de su hermano.

-¿de quién estás enamorada? ¿de mi o Gene?

Al ver las lágrimas correr por sus mejillas lo supo. No tuvo respuesta, solo vio a la chica alejar su mirada de la suya y correr hacia la mansión.

Oliver solo se quedo parado allí, viendola correr.

Idiota, mil veces idiota...

*-*-*

Cuando te fuiste, ella fue a despedirte y cuando volviste, fue a recibirte.

¿qué más pruebas quieres de su sinceridad?

Oliver se cuestiona, pero el verla actuar como si nada lo desalienta. Puede ver el dolor en sus ojos aunque ella traté de ocultarlo.

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