Capítulo B - Extra

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CAPITULO B - EXTRA: REINO LEIRHIM

El característico canto de las aves que habitan el territorio de los altos elfos anuncia la salida del sol, así como la aparición de la esperada caravana que traía de regreso al rey y su séquito.

La ciudad conformada por altos árboles de milenarios años parecía inclinarse ante la gracia que este elfo mostraba al caminar por la calle principal de su amado reino. Las largas reuniones en el reino humano agotaban su cuerpo y dañaban su alma, él, que era extremadamente benevolente con todos y con todo lo que tenía vida bajo el cielo.

Su mujer, la hermosa reina Asfey, así como sus hijas e hijos, salieron a recibirle a las puertas de su morada. Dichosos eran los nobles y sirvientes que contemplaban la reunión de tan bellas y elegantes personas.

...

-Oh, amado, ¿hay algo que te aflija? No has pronunciado palabra sobre lo dicho y decidido en las reuniones - astuta y cauta, la reina Asfey conocía demasiado bien a su esposo. Nada escapaba de su penetrante mirada y sus palabras dulces pero certeras lograban hacer temblar el corazón del rey.

-Asfey... bien sabes que de guerras y muerte no me gusta hablar, tanto poder hay en mi nombre pero no puedo usarlo para frenar la ambición u el odio que las razas se tienen... ¿de qué sirve entonces mi existencia? Lo único que nuestros hijos heredaran serán mutiladas y desiertas tierras sin vida, donde la sangre de inocentes corre sin nada que pueda frenarla - así hablaba el afligido rey Ilomohri, mientras besaba la mano de su amiga, su amada, esposa y madre de sus hijos.

Solos en el piso más alto, en la alcoba real, con la ventana abierta de par en par, contemplaban el paisaje de todo su reino. Bosque hasta donde alcanza la vista, canto de aves y rugido de bestias. Era el reino de Leirhim el más hermoso del mundo, un reino milenario que nació de mano de los primeros altos elfos, aquellos que descendían de las hadas y de quienes era linaje Ilomohri.

Aun con sus setecientos años, no lograba entender los corazones humanos, con diez generaciones de reyes humanos había tratado, pero nunca logró frenar la codicia que nacía con el poder, con el llevar una corona de oro en la cabeza y un cetro adornado por valiosas piedras en la mano.

-Mi querido esposo, tu corazón es demasiado amable hacia quienes te dañan sin justificación, bien harías al entregar tu carga a tus hijos, que en edad están de ocuparse de estos serios asuntos - intentaba consolar su corazón herido por las cruentas historias que oía en cada visita a los reinos humanos de Junreth y Coldoreth, pero sabía que era una herida que, si bien cicatrizaba en la superficie, seria abierta cruelmente por las manos de quienes dicen ser sus aliados - Ilate y Aramne son adultos, tanto ellos como sus hermanas conocen todo lo que se nos fue enseñado a nosotros por nuestros padres, ninguna prueba necesitan para demostrar su valía ¿Cuánto más necesitas afligir a tu espíritu con banales asuntos humanos? ¿Cuánto mejor sería dar a tus hijos el cargo de emisarios, para que por oído y boca de ellos nos enteremos de los sucesos del mundo? Los has cuidado y educado en la mayor seguridad y paz que estuvo al alcance de tu mano, cuidados en mi ceno para que nada perturbara su espíritu inocente.

-Tus dulces palabras son como la miel, realmente has sido bendecida por los dioses y yo lo he sido más por tenerte como esposa. Razón hay en tus palabras, pero tengo miedo de que sean dañados igual o más que yo, juventud hay en sus vidas y no ver sus años perdidos entre delirios de guerra es mi mayor deseo - el rey Ilomohri se levanta del asiento que compartía con su esposa, acercándose luego a la ventana - rumores de guerra oí nuevamente, como si no bastaran las numerosas confrontaciones que generan las bestias más allá del río Honko, el pueblo lizardman enfrenta peligro todo el año a excepción del invierno, en el que este mismo es su enemigo... ¿Fluctuación mágica es la excusa esta vez? Ese rey ya no sabe que inventar ni a quien culpar.

-¿Por fluctuación mágica te refieres a un gran poder mágico nacido en algún lugar del continente? Héroes o reyes demonio generan tal, pero no es motivo de guerra. ¿Qué ocurre esposo? - preocupada​ ahora la reina, compartía el miedo que en parte afligía a tan amable persona. Entendía ahora un poco de sus pensamientos - ¿Es de peligro el lugar señalado o la raza que ha ganado ya sea héroe o demonio?

-En el pueblo lizardman... odiados por el rey de Junreth y vástagos de sus antiguos camaradas. Años de alianza rota por los ciegos ojos de tres generaciones, los habitantes de Liz-Bungo son nuestros amigos, más leales que nuestros llamados aliados. Hacia ellos apuntan los colmillos del rey nuevamente ¿Qué puedo si no afligirme por su futuro incierto? Desconocida es la naturaleza de héroe o demonio nacido en el territorio lizardman, pero cierta es su existencia, yo mismo comprobé con mis ojos y mi magia la verdad de este asunto.

-Con el invierno sobre ellos, nada hay que podamos hacer salvo esperar, el rey tampoco puede moverse con el peligro de las manadas, otros asuntos ocuparan sus manos antes de tener total libertad de atacar. Libre eres de advertirles, aunque complicado es el viaje por el río congelado - abrazando con sus delgados pero fuertes brazos la espalda de su esposo, pensaba en las palabras que le podrían dar paz por un tiempo, pero ninguna frase podría formar en su mente sino malos augurios y premoniciones - de paz a tu corazón el tiempo invernal, nada bueno se obtiene de la preocupación sobre el futuro ni sobre secretos. Desconocido es el origen de la fuerza detectada y nada logra tu corazón subir antes de tiempo por amistades que aún no se han perdido. Dar a tus hijos una palabra que enaltezca su espíritu, valientes son todos ellos e ingenio hay en ellas, todos deseosos de ayudar y apoyar a su padre, que solo sabe amar y colocar su cuerpo como escudo.

-Mi amada reina, todo lo que dices es verdad y todo lo que piensas es vaticinio de un futuro oscuro. En mis hijos veo valentía y no son menos que los mejores guerreros y sabios de nuestra estirpe. Gracias doy por tenerlos a ellos y a ti. Esperaremos al tiempo en que sea prudente actuar, en el que pueda encomendar a ellos hacia nuestros amigos, con el término del invierno como es costumbre. Ruego por que la suerte este de su lado hasta que estos días se consuman, y nuestra ayuda pueda llegar a ellos como es mi deseo.

Así concordaron ambos reyes de Leirhim, en los últimos días del otoño que más parecían de invierno, esperar a que finalice la fría temporada blanca.

Los cuatro hijos de la pareja esperaban ansiosos las noticias, algo había ocurrido, con solo ver el semblante de su padre podían darse cuenta. Aún si el resto de las personas no veían estos cambios, el noble corazón de su padre era fácil de leer para ellos, que fueron criados de mano y palabra de él y no de extraños como acostumbraban los nobles humanos.

Las prácticas de su padre en la crianza eran totalmente ajenos a los que le recomendaban en sus múltiples viajes, aun con todo el tiempo que ocupaba en sus deberes como rey, nunca falto a su palabra con cada uno de ellos, siendo incluso tutor de sus hijos en la arquería y de sus hijas en el arpa.

Deseo de paz también se alojaba en sus puros corazones, y a pesar de su encerrada vida en los límites del reino, no eran ignorantes del mal que ennegrecía los corazones de sus vecinos. También amaban a sus pacíficos vecinos lizardman, que ningún mal hacían y que apreciaban la paz y el estudio erudito tanto como los elfos.

El miedo a la reacción del viejo rey humano hace sombra en todos los corazones de los tres reinos de Vom'loaro.

Beast master: De OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora