"Yui Komori"
Esa era su nueva identidad, sin familia, sin estatus, solo una chica frágil. Bueno esa es su descripción, pero si hubiera algo más.
Una chica lamentable, la cual el egoísmo le arrebato todo y que si ha muerto una o dos veces. Para recu...
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Eran más del medio día, en la mansión , ya todos se encontraban durmiendo, después de los incidentes ocurridos la noche anterior, no se encontraron muchos ánimos, los únicos que realizaron algunas actividades en la mañana fueron los Mukami.
Yui agradeció que nadie fue a interrumpir en su habitación, no tenía el humor de lidiar con gente molesta, ordeno un poco su habitación, intento adelantar algunos tareas del instituto pero le fue imposible, su mente era un caos y lo tomó como una distracción, tomó una ducha, para refrescarse, estos días eran realmente agotadores, su estado de ánimo estaba por el suelo y se encontraba muy sensible, solo recordar el incidente en la escuela con Naomi, debía mantenerse alejada de ella, en su estado actual podría cometer algo de lo que podría arrepentirse, no debía gastar su tiempo en esas cosas, la próxima semana tendría mucho trabajo.
Se removió en la cama con desesperación, se sentía muy incómoda, frunció su ceño con molestia, mucha voces inundaban su mente.
ㅡ" Yui".
ㅡ "Señorita Yuzumi"
ㅡ" Hermana"
ㅡ " Mi princesa"
ㅡ " Tú eres mi tesoro más preciado"
ㅡ ¡¡AHHHHH!! ㅡ Su respiración era entrecortada, se sentó en el borde, su cuerpo estaba cubierto de sudor, decidio levantarse para comenzar a dar vueltas en la habitación, pra despertarse completamente, miró el reloj sobre la mesita de noche, eran las 3, a pesar que eran inicios de otoño, el clima frío ya comenzaba a sentirse por las noches, sin embargo, la habitación se sentía demasiado caliente, sus manos estaban un poco rojas, apretó los puños, miro los pequeños destellos de luz que se filtraban por las ventanas.
ㅡ ( Maldición llevaba meses sin soñar con estas cosas, ¿por qué ahora?) ㅡ tomo su cabello con desesperación.
Aún sosteniendo su cabello, se sintió algo extraña, al ver sus manos se dio cuenta que algunos mechones se habían pegado a sus dedos, demasiado, algunos tenían un tono marrón, camino apresuradamente al tocador, al verse en el espejo, su rostro estaba pálido con marcas purpuras, líneas que cruzaban todo su rostro, se alarmó, no podía estar pasando, acaso todo estaba en su contra.
Una especie de líquido cayó sobre sus manos, un tinte rojo carmesí, mas gotas cubrieron su mano izquierda, al tocar su nariz se dio cuenta qué era la causa; buscó rápidamente entre los cajones un pañuelo para limpiarse, después de un par de minutos, distraída intentando controlar el sangrado, se percató qué su reflejo en el espejo, no era el suyo, en el una niña con lágrimas en sus ojos y su rostro cubierto de ceniza, su rostro marcaba rastros de lágrimas, como lesiones y moretones en sus brazos.
