"La zona"

32 4 0
                                    

La zona, ese lugar que cambia en cada prueba, pero que sigue siendo igual de aterrador en cada una de ellas.

La zona, o mejor explicado campo climático de sobrevivencia, como su nombre lo dice es un campo que se despliega cada que termina una prueba y se adapta a la mejor intemperie(zona climática) para matar a los sobrevivientes.

-Los 4 chicos que sobrevivieron se verán en la necesidad de pasar 5 días y 5 noches en este zona, claro que el objetivo es sobrevivir a las diferentes zonas climáticas albergadas dentro de esta. Pero eso no es todo, tendrán que encontrar el camino hacia la salida de la cúpula. Si no logran salir después de esos 5 días y 5 noches...ya saben lo que pasa ¿no chicos?-

-Bla,bla,bla. ¿Ya terminaste con tu absurda explicación Denial?-

Comentó Raider, dejándonos a todos un tanto sorprendidos.

Denial con aspecto poco amigable le respondió que pronto seria huesos y carne para los perros. Dejando a Raider con una ligera mueca en la boca.

-Ya Raider vámonos no tenemos tiempo de discutir, la zona pronto se abrirá-

-si Dann vámonos-

Después de unos cuantos minutos nos encontrábamos enfrente de las puerta de la cupula de la zona, mi corazón palpitaba tan fuerte que creía que se saldría de mi pecho, respire profundamente y me concentre, no sabia que campos climáticos nos reservaría esta vez la zona.

Al entrar los 4 corrimos en distintas direcciones, yo corrí hacia la parte frontal izquierda, pero en un segundo me detuve puesto que estaba tan concentrado en correr que no me di cuenta que la zona esta vez era de árboles gigantes de unos 50 m de alto, era sorprendente ver un bosque tan grande y amplio puesto que no se le veía el fin.

Como siempre Raider iba a la delantera, siempre ha sido un chico tan fuerte tanto mental, como físicamente, con esos brazos tan grandes que pareciera que explotarían en algún momento, alto, moreno y curiosamente con ojos intensamente cafes.

Por otro lado observe a Jack que se perdía en la inmensidad del bosque, me dio un poco de melancolía el solo pensar lo frágil que era, de baja estatura y muy delgado, no podía comprender como podia haber gente tan mala para meter a un pequeño en estas circunstancias.

Al entrar al bosque la temperatura subió drásticamente, todo era tan grande y tan evolucionado, que me tomo unos minutos el acoplarme al aire tan denso que se sentía.

Me sorprendió el ver que la vegetación había evolucionado tanto o por lo menos en esta zona. Pero continúe mi viaje sin mas vacilación, camine durante un par de horas, hasta llegar a lo que parecía un gran acantilado, Me pareció bastante profundo y no lograba ver el otro lado, Pero eso no me detuvo a querer cruzarlo, tome una liana que se encontraba enredada en uno de los árboles al final del bosque, del otro lado del acantilado no se podía reconocer nada, ya que una neblina no me dejaba ver mas haya de medio acantilado, al final de la liana amarre un gran pedazo de rama que encontré, curiosamente tenia forma de lanza, sostuve la rama y la avente con gran fuerza, esperando que llegara al otro extremo del acantilado, para mi suerte así fue, jale varias veces para asegurarme que fuera segura.

La liana era muy gruesa y larga puesto que había evolucionado junto al resto de la flora y fauna. No se rompería por mas peso que sostuviera, tome una hoja caída de un árbol, enorme por cierto, puesto que los árboles no eran nada pequeños.

Tome el tallo de la hoja, la pase por la liana y tome el otro extremo, había creado una estupenda tirolesa, me avente antes de pensar las cosas, ya que sabia que me terminaría arrepintiendo.

Tomo mucha velocidad, la neblina no me dejaba ver nada, sentí que me terminaría estampando contra un gran muro, pero la neblina se esparció en un momento y mi sorpresa fue muy grande al presenciar el otro lado del acantilado, ya no había mas árboles, me encontraba enfrente de la siguiente zona.

La lanza había terminado clavada en una montaña de nieve. Antes de llegar me solte, pero iba con tanta fuerza, que salí disparado contra la nieve, tremenda sacudida la que me había dado, me incorporé y observe a mi alrededor, mas que nada en busca de alimento, ya había pasado casi un día sin comer y no se veía que las cosas fueran a mejorar, comí un poco de nieve para refrescar mi garganta, el aire caliente del bosque me había dejado casi sin habla.

Continúe mi recorrido, en la cúpula nunca anochecía, ni salía el sol, el clima era lo único que cambiaba en cada zona, así que era difícil saber cuanto tiempo había transcurrido exactamente, decidí que era tiempo de descansar, me recosté sobre mi chamarra en la fría nieve. No tardo en atacarme el sueño, en unos pocos minutos dormía profundamente.

Me desperté por la mañana, el sol arribaba en mi ventana, mi madre fue a levantarme para desayunar, su voz tan suave y tierna como siempre, me levanté y al abrir la puerta ahí estaba mi madre, preparando el desayuno como todas las mañanas, su pelo café castaño brillaba muy bonito esta mañana y sus ojos resplandecían con el sol. De repente todo se volvió oscuro y vi a mi madre gritando que despertara, que tenia que volver, no comprendía que ocurría, todo era tan perfecto, mi madre, el desayuno, mi cama y sobre todo el esplendoroso sol brillante.

Eh.... ¿ el sol? ¿la zona? Con estas preguntas me llego rápidamente una palabra a la mente, PRUEBAS. Y como si hubiera sido un interruptor, desperté de un salto, cubierto de nieve y respirando con dificultad, El aire me faltaba, mi cuerpo estaba muy frio y no podía moverme aún.

Después de unos cuantos minutos comencé a sentir como volvía a correr por mi cuerpo energía, calidez y sobre todo ganas de terminar estas malditas pruebas y regresar a mi casa.

Dann Doyerz y los juegos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora