Lágrimas indeseables
Tristeza efímera
Odio permanente...
y mi destino en ruinas.
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Un día antes de mi muerte
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Me desperté, mis ojos solo necesitaron unos segundos en adaptarse a los rayos de luz que traspasaba las cortinas blancas de mi habitación, intentaba poner en orden todo tipo de datos antes de levantarme de la cama como en el día o el mes en el que me encontraba, me sobresalté al recordar que ese día era mi cumpleaños.
Me levanté de la cama, abrí la puerta cuidadosamente preparada para adentrarme en la oscuridad de mi gran casa, de nuevo, mis ojos se adaptaron a la ella fácilmente.
Comencé a caminar por los largos y oscuros pasillos que había recorrido más de mil veces en busca de algo diferente.
Empecé a arrastrar mis dedos por las paredes, sabia a la perfección donde me encontraba, me parecía todo muy familiar, como si cada pared tuviese un acto diferente.
Podía distinguir en qué lugar de mi casa me encontraba con solo tocar las paredes; esto, comenzó cuando mi hermano menor nació con una enfermedad poco común, los rayos de sol no le podían tocar porque le provocaba una reacción alérgica que podía hasta matarle, así que , tuve que adaptarme a la oscuridad, ya que la luz del sol no podía entrar a mi casa, excepto en mi habitación.
Esperé unos segundos antes de abrir la puerta que me separaba a mí y a mi familia. La abrí y allí estaban, mi madre, como siempre, estaba leyendo un libro con un vestido muy elegante, claro, eso era algo normal entre las familias con mucho dinero; mi hermano menor, estaba a lado de la chimenea jugando con un cochecito de madera, siempre tan bien vestido con su trajecito y su pequeña corbata de colorines que yo tanto odiaba... Y su pelo, ahg, no hablemos de su pelo; y finalmente mi padre, el ''hombre'' de la familia, ''siempre tan perfecto!!'' decía continuamente mi madre en voz baja cuando mi padre no se encontraba presente, era tan... normal, el entrar en una habitación en donde se encontraba mi padre y verle leer el periódico.
La perfección era algo que rondaba por aquí continuamente, y a mi no me gustaba.
-Buenos días.- dije instintivamente mientras cerraba la puerta de la habitación
-Buenos días.- respondió mi madre mirándome por encima de sus gafas.
Esperaba algo distinto, tenía la ilusión de que ese año iba a ser diferente, pensaba que se iban a acordar de mi cumpleaños pero... eso no sucedió, ya era tan normal que no me hizo ningún efecto su ignorancia, cada año desde que nació mi hermano poco a poco se fueron olvidando de mí, como si no existiera. Así que tuve que sobrevivir por mí misma en esa enorme casa, nos reunimos solo en las comidas, así que nuestra comunicación no era muy buena, solo nos sentábamos en silencio a comer, al principio me parecía muy desesperante ese silencio pero, me fui acostumbrando a ello, hasta el punto de que se agradece.
Terminamos de desayunar, deje la habitación donde se encontraba mi familia y fui en busca de ''algo diferente'', el tiempo pasó volando recorriendo cada rincón de mi casa, esta estaba repletas de salas gigantescas que no tenían ninguna utilidad, pinturas y retratos de nuestros antepasados, montones de habitaciones y cada una de ellas vacías; cada vez que recorría la gran casa en donde vivía pensaba ''Que desperdicio'' o ''Solo somos cuatro personas aquí, porque esto tan inservible?''.
Creía que me iba a quedar atrapada para siempre en esa casa, así que aprovechaba cada momento del día para conocer todo lo desconocido.
No salía mucho de mi casa. Toda mi familia se aisló del mundo exterior.
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T H E P O I S O N
VampireEvagenline lleva una muy solitaria vida desde que su hermano nació con una enfermedad rara. Ella se convenció a sí misma que estaba bien sola , pero eso no durará mucho en la noche de su cumpleaños, cuando realmente esté sola y necesite a alguien o...