T H E P O I S O N

¿Vida?

Me encontraba ahí, en medio de esa habitación llena de gente sin vida.

No sabia que hacer, no sabia a quien llamar.

Estaba en Shock.

Vi mis manos de nuevo y estas estaban recubiertas de esta sustancia roja.

La vista me empezo a fallar, no sabia como reaccionar ante esta situación.

Mis instintos se alarmaron cuando escuche un ruido fuera de la habitación en la que me encontraba.

Me levanté con dificultad ya que mis piernas no respondian a mis llamadas de auxilio, y ,en vez de hacerme caso, temblaban sin control, haciéndole caso al miedo.

Mi mirada se dirigió a la puerta mientras esta se abría emanando el típico chirrido del óxido.

Logré divisar a dos figuras que se adentraba en la habitación con sigilo y decisión. Sus ojos brillaban entre la oscuridad, y logré vislumbrar a estos dos sujetos.

Dos hombres jóvenes, piel blanca, uno con el pelo Negro Cuervo y el otro era Pelirrojo, altos y corpulentos.

Su aura desprendía muerte.

Fueron adentrándose en la habitación dirigiéndose hacia mi dirección. Sin ninguna emoción en sus rostros, los dos tenían la mirada fija en mi.

Estaba en Shock, mi cuerpo no respondía, pero mi mente gritaba.

¨CORRE, SAL DE AHÍ, YA"

Los dos individuos se pararon enfrente de mí, me sentía una minúscula criatura en frente de dos monstruos.

Silencio en la sala.

Yo solo miraba, La realidad era que no me podía mover a causa del miedo y lo único que podía hacer era mirar.

-¿Quienes sois?- logró liberar mi garganta después de unos cuantos segundos eternos de silencio en el cual se acumula la tensión.

Poco a poco fui tomando las riendas y las decisiones de mi cuerpo.

Ya no era sigilo ni miedo, mi posición era la de ataque.

Mi cara: seria; mi postura: recta; mis hombros: atrás y mis pies posicionados para atacar o correr.

Ya tenía el control sobre mi.

Los dos individuos seguían sin responder, pero algo en ellos había cambiado.

Su expresión ahora era divertida.

¿Le hacía gracia la situación?¿Acaso les hacía gracia yo?

-¿Quienes sois?- logré preguntar con fuerza y molestia.

No me gustaba nada esa situación.

Tenía que salir de ahí.

Divisé la puerta detrás de esos dos desconocidos que me provocaba tantos sentimientos familiares.

Estaba frenéticamente desquiciada.

Mi cerebro iba a mil por hora canalizando la mejor manera de salir de ahí.

-Ni siquiera lo pienses.-una voz me sacó de mis profundos pensamientos.

Los mire extrañada.

¿Acaso sabían lo que estaba pensando en ese Momento?

-Sí, lo sabemos.-me confirmó uno de los Monstruos.

-A ti no queremos hacerte daño- me explicó uno de los hombres calmada mente- si vienes con nosotros y no opones resistencia, te explicaremos la situación, en con detalles, civilizadamente.-