ALL FOR YOU

Sana Day

Eres como una estrella, no, las estrellas brillan para ti.

Los días lunes suelen ser odiosos, el regreso a la rutina los convierte en días depresivos y despreciables, así es como me siento y todo encajaría salvo por no ser lunes si no un martes.

Esta mañana no tengo los típicos dolores de cabeza, cesaron solo para irse junto con mi ánimo, ni quiero pensar en salir de mi cuarto mucho menos deseo moverme.

Una hora, dos y continuo mirando el techo, no he pensado en grandes cosas, ¿En qué puedo pensar? Siendo que no tengo memorias, lo que escucho de otros no ayuda.

Sin un pasado no puedo asimilar un futuro, estoy viviendo un presente porque el tiempo sigue corriendo, carezco de metas ni sueños.

He pagado caro responder una llamada mientras conducía, estoy perdida de verdad y tengo la sensación que ni yo misma me conozco.

Llaman a mi puerta interrumpiendo mis crudos pensamientos.

Me obligo a levantar y al abrir la puerta se trata de uno de los empleados.

"¿Hoy no saldrá señorita? ¿Desea que cancele su día?"

"¿Qué hora es?" Puedo calcular las once del día.

"Medio día" Más tarde de lo que pensé.

"Cancela todo"

"¿También le digo a Minatozaki que se marche?" Sana, es increíble pero me olvide de ella cuando ayer estuve emocionada por Mina.

"Hágalo. No, ya salgo"

Cerré la puerta y volví a mi cama, me rectifique, es que otra vez le he dejado esperando, tiene mala suerte al llegar en momentos en los que yo estoy de malas.

Pase a cambiarme con algo cómodo antes de salir, lo menos que puedo hacer es decirle yo mismo que hoy no necesitare chofer, que se tome el día, no me gusta tratar mal a los empleados.

La encuentro a un lado del auto con una expresión relajada, al percatarse de mi presencia muestra esa brillante sonrisa que tiene.

"Momo, digo Hirai san, no ese es tu padre, Hirai chan, no demasiado igualado, Señorita Hirai"

Sonrió por el lio que se acaba de hacer.

"Llámame Momo, las formalidades sobran." Espero no se aferre a usar formalidades, me alivio cuando la oído decir "muy bien" y mostrar su sonrisa de nuevo.

Antes de que pueda decirle que se retire por el día de hoy, abre la puerta del auto sin borrar su sonrisa.

¿Por qué subo? No lo sé pero lo hago y cuando me pregunta a donde ir quedo en blanco.

"¿Momo?"

Todavía espera mi respuesta, que decir. Lo mejor es la honestidad el problema es que ya no quiero que se vaya.

"La verdad es que hoy no tengo ganas de hacer algo, pedí que cancelaran mis actividades así que no hay lugar a donde ir"

"Eso significa que debería irme" Ni hablar.

"Llévame a donde tú quieras, sorpréndeme"

Fue lo único que se me ocurrió decir y ella se ha quedado en silencio, creo que fue estúpido que dijera eso, quiero decir algo para remediar.

"Déjalo en mis manos"

La veo hacer una expresión linda para encender el auto y ponerlo en marcha.