Legión Azteca

Capítulo 4: Haciendo Preguntas

Después de que Durán alimentara su ego tras atraer la atención femenina, se dirigió hasta Balam, una vez que llegó hasta él, se saludaron, había algo en el ambiente que todos notaban. no se trataba de algo bueno malo, simplemente era algo imposible de explicar.

Raymundo lo atribuía al horrible olor de los Colmilludos, nadie sentía curiosidad por la visita del Mapache, lo que querían saber era por qué acudió a Balam y no con agentes como Ramos.

Pasaron unos minutos de su encuentro y se les veía serios mientras observaban el desastre en las instalaciones, si de por sí todo estaba raro, se pondría aún más raro con los motivos del Mapache para acudir a Raymundo, pues no sólo lo buscó por su alter-ego sino también a la persona que se resguardaba tras la máscara de jaguar.

-¿Porqué has venido?
-Necesito tu ayuda, pues tenemos un caso en común, quería saber si tú también tenías el problema de los ataques sin sentido que la Orden del Mictlán ha hecho.
-No son ellos si es lo que te preguntas, ellos tienen una forma de actuar y es evidente que los ataques no son obra de principiantes, pues entre los cuerpos identificados registramos tanto personas de 20 años hasta adultos mayores, si la Orden se atribuyera esto, sería como echarse la soga al cuello, pues los estamos cazando.
-Encontré esto - de su abrigo sacó una calaverita de azúcar envuelta en una bolsa de plástico-.
-sostuvo la bolsa y comenzó a observar el contenido.- He investigado mucho, pero hasta ahora, estoy seguro de que se trata de un señuelo, un anzuelo que cada vez que encontramos nuevas pistas, lo mordemos con más fuerza.
-Bien, si averiguas algo avísame, pues atacaron una parroquia la semana pasada, cuando llegué al lugar, estaba plagado de símbolos ocultistas y la mayoría se había suicidado, sólo uno quedaba, lo último que escuché fue ''él ya está aquí''.

Con esas palabras bastaron para que la mente de Balam comenzara a dar vueltas, en el exterior no se podían apreciar las expresiones que su rostro pudiera hacer, pero en el interior de la máscara, se mostraba sorprendido.

Con una palmada en la espalda, el detective Durán se despidió de su amigo, antes de llegar al ascensor, alcanzó a escuchar su característico ''señoritas''.

Para pensar mejor salió a caminar, sin necesidad de usar espejos u otro medio sobrenatural decidió simplemente salir como una persona normal, estaba anocheciendo. En el parque al que se dirigió había gente caminando, lámparas encendiéndose, parejas jugueteando, barrenderos concluyendo su rutina, taquerías y antros listos para atender a su eufórica clientela, después encontró una banca y se sentó, era muy peculiar, pues la pintura ya se había caído en su totalidad dejando al descubierto el óxido que era testigo de todas las generaciones que se sentaron ahí y que pasaron por aquel parque.

Mientras estaba sentado y observaba cómo la noche transcurría, de su chaqueta sacó la pequeña rama de una bugambilia ya que las plantas son su afición, acostumbra utilizar hojas o tallos como separadores de los libros, siempre se ha caracterizado por su seriedad, como buen detective debía saberlo todo o por lo menos saber todo lo que pudiera, la razón de su colección es porque en diferentes culturas las plantas tienen un significado, por ejemplo las gardenias que son asociadas a un amor secreto, bien podrían ser las flores de la Friendzone.

Su pueblo le enseñó a cuidar y a amar la naturaleza, pues podían usarla con muchos fines y le debían respeto, además de que decían proceder de ella. Recordó sus clases de hechicería y artes marciales ya que no sólo los asiáticos tenían las suyas, en América había pueblos que las practicaban (a su manera), su primer contacto con las plantas fue en su reunión con el dios Xochipilli a través de la meditación, Xochipilli es el dios azteca de las plantas y su nombre significa ''el príncipe de las flores'', los dioses siempre han sido un objeto de estudio para la ciencia y en especial para aquella que se encarga de todo lo oculto pues son seres que manipulan la materia y el tejido espacio-temporal a su voluntad.

Después de un corto recorrido a través de sus recuerdos, aterrizó y siguió buscando una conexión entre los eventos recientes con los que podrían ocurrir, es su trabajo y siempre se ha caracterizado por adelantarse a los crímenes, prácticamente en ser la mente criminal. Siempre que hace un análisis mira al cielo o al techo y cuando su mente descifra el acertijo concluye en una sonrisa, esta vez no es la excepción, hasta ahora sabe que es un señuelo que deben morder para descubrir a la mente maestra, sabe que debe tirar los dados y utilizar todos los recursos disponibles.

Luego se levantó y se dirigió a un apartamento localizado en la Zona Rosa de la Ciudad de México, no sólo tenía contactos en el, ya estando en el edificio decidió subir por las escaleras pues ahí podría escalar como tanto le gusta, tocó la puerta y casi en seguida un chico le abrió, el lugar era pequeño pero acogedor, con el típico desorden que caracteriza a la juventud, una olla de café artesanal se calentaba a fuego lento en la estufa, lo que más resaltaba del lugar eran las bitácoras de las investigaciones que se encontraban pegadas en la pared, cada una tenía un clavo de distintos colores y cada color representaba su importancia, Balam estaba contemplando cada detalle, desde la ortografía hasta las imágenes, cada una encriptada de forma que sólo los mejores detectives lo podrían leer.

Luego apareció el chico con dos tazas de café en cada mano, le entregó una a Balam, le sopló para disminuir su temperatura y después de disfrutar del rico aroma de la canela, continuó a darle un sorbo, aquel chico sonreía al descubrir que su amigo reconocía sus dotes para la cocina, él sintió la mirada y volteó para decirle porqué había ido.

-Antes que nada ¿ya tienes un nombre en mente?
-Red Star, tengo ideas socialistas y se escucha muy bien, admítelo.
-Tiene su atractivo, debes estar consciente que esto no será nada fácil y conoces los riesgos que tomarás, debes tener autocontrol absoluto.
-Lo sé y gracias por el consejo ¿cuando empezamos?
-Cuando considere que estés listo.
-Vamos socio, no seas amargado, no eres el único que tiene entrenamiento de élite. -se cruza de brazos.
-El entrenamiento físico no lo es todo, debes mantener el balance entre la mente y el cuerpo.
-Tú ganas señor Miyagi.

Y así transcurrió la noche, entre bromas de humor blanco, tazas de café y lenguaje policíaco-científico. Su nombre es Enrique y quiere ser un héroe, aunque es joven es tan listo como Raymundo, pero su verdadero fuerte radica en la tecnología, es un hacker y buen peleador, 2 en 1 a mitad de precio.

Enrique quedó profundamente dormido, considera a Raymundo como su hermano mayor, en el reloj marcó las 7:00 am, Ray salió del departamento y se dirigió al suyo para ducharse y dormir por lo menos unas cuatro horas, apenas entró a su apartamento, escuchó un par de disparos cuyo origen estaba a 5 calles de ahí, sin dudarlo se puso su máscara y con una serie de acrobacias llegó al lugar, sin más ni menos se trataba de los que acusaban de ser la Orden; en cuanto notaron su presencia comenzaron a dispararlo, Balam reaccionó a tiempo y se escondió detrás de un coche, los sujetos armados comenzaron a rodear el auto y se sorprendieron al no encontrarlo ahí, aprovechando su distracción, una patada le rompió la nariz a uno de los atacantes mientras lo desarmaba y dirigía sus golpes hacía el resto de ellos, todo ocurrió muy rápido, los ató y esperó a que llegaran sus compañeros.

Comenzó a interrogarlos y se negaban a hablar, llegaron los agentes e intercambiaron saludos y los avances de la investigación, unos cuantos segundos bastaron para que uno de ellos se desatara y matara a sus compañeros para después fracturarse el cuello. ''Muy sádico para mi gusto'', dijo uno de los agentes.

Al mismo tiempo, en alguna cafetería de la ciudad de México, un cigarrillo era fumado mientras su asesino acentuaba una sonrisa psicópata mientras decía: ''excelente, todo está saliendo acorde al plan, la victoria está a unos cuantos peones''.