-¿Hace cuánto que no se ven?
Mi hermana mayor había llegado de visita a mi caja, que ni siquiera se podía llamar apartamento. Había caído de sorpresa y, siendo sincera, hubiera preferido que me avisara antes de llegar. Ahora, estaba haciéndome un interrogatorio.
-Vale, Liza, ¿podemos hablar de eso después? –le pregunté, casi rogándole.
-¿Cómo quieres hablar de aquello después? –preguntó, atónita-. ____, son tus padres, ¿entiendes eso? –preguntó, casi fulminándome con la mirada.
-Entiendo, pero, ¿acaso se han comportado como unos en estos malditos dieciocho años? –pregunté casi en un grito-. Vale, siento por haberte levantado la voz, pero es que me sacas de quicio.
-¿No quieres saber cómo están ellos?
Entorné mis ojos después de haberle dado la espalda para poder lavar los trastos de comida. Así era mi vida, tenía apenas cinco platos de loza barata, la mayoría quiñadas. Era así cómo vivía y no me avergonzaba o, un poco sí.
-¿Los has visto? –pregunté, intentando sonar interesada.
-Sí. –respondió-. Están bien, felizmente.
-Obvio que están bien. –le aseguré, guardándome una risa irónica-. Ellos tienen todo, ¿no es así? Se han quedado con la casa, se han quedado con el dinero. ¿Por qué me tendría que sorprender?
-Pero, deja de ser tan negativa, mujer. –soltó mi hermana.
-No, es más… me alegro que estén bien. –volteé y le regalé una sonrisa que ni yo me la creía de tan falsa que era-. Ahora estoy bien con mi vida.
-Hablando de eso… -murmuró mi hermana-. ¿No quieres venir a vivir conmigo? –preguntó entusiasmada-. Tengo un departamento mucho más grande, en el centro de Nueva York.
-Que no te agrade mi departamento no quiere decir que a mí tampoco. –dije-. Me encanta.
-¿En serio? –preguntó, alzando una ceja.
-Sí. –respondí-. Es… acogedor.
-Es abrumador, ____.
-No lo es y punto. –afirmé mirándola fijamente-. ¿Cómo está Robert?
-Bien. –respondió-. Ha estado preguntando por ti al igual que los niños.
Mi hermana era mucho mayor que yo. Haciendo una cuenta, ella tenía como unos treinta años. Tenía su familia formada, con un esposo y dos maravillosos niños, los cuales amaba, pero no veía hace algunos años. Seguramente, ni saben quién soy yo.
-¿Cómo están los niños? –pregunté, cambiando de tema sobre mi apartamento.
-Perfectos. –respondió con una cálida sonrisa-. Quieren conocerte, ____.
-Sería bueno visitarlos un día de estos. –opiné terminando de lavar los vasos.
-Si los quieres ver más seguido, pues… puedes vivir con nosotros. –sonrió.
-Pero, qué terquedad. –dije mirándola-. Primero, estoy bien siendo completamente independiente y, segundo, no quiero irrumpir la vida de una familia perfecta. Sería un estorbo.
-Sabes muy bien que no. –dijo, casi en súplica-. Y, cuando consigas un hombre para tu vida, podrás irte, ¿qué te parece? –preguntó, acercándose a mí y codeándome.
¿Un hombre en mi vida? Eso no estaba en mi futuro, ni en mis más salvajes sueños. Un hombre en mi vida sería otra caída más. Y, después de la relación que tuve con Emeth, juré nunca más enamorarme de un hombre ni de nadie. Le mandé una mirada poco convincente y Liza bufó.
ESTÁS LEYENDO
Y Llegaste Tú -con Harry Styles.
Romance_______ es una chica de dieciocho años, con mucho rencor y odio en su interior. Su vida de pequeña fue difícil y eso, ahora, no lo puede superar. Su padre murió cuándo ella apenas tenía cinco años y su madrastra la deja por un buen tiempo en un basu...