Scott ha sido mi mejor amigo desde que eramos muy pequeños, llegó al palacio cuando ambos teniamos 6 años. Mis padres se toparon con él al terminar de realizar una visita al reino vecino, los caballos detuvieron la carroza al encontarse con un niño en media del camino,
inconsciente, sucio y con apariencia de llevar varios días sin comer. Los reyes sintieron una conmosion al verlo en ese estado, no podían dejarlo ahí. Ese día lo trayeron al castillo y, desde entonces, a vivido en el palacio junto a nosotros. Gracias a eso nos criados practicamente juntos.Al pasar el tiempo y haber crecido lo suficiente para realizar trabajos, le propusieron al joven la vacante de aprendis de jardineria, para tomar aquel trabajo en el futuro. Y poder permanecer en el pasillo, es decir, pagar con sus servicios la vida que llevaba.
...
Scott, me regaló una sonrisa —se muy cuidadosa con tus acciones Claudia— suspiró —recuerda que, puedes contar conmigo para lo que desees—
Le devolví la sonrisa —lo sé, y esa es una de las razones por las cuales te aprecio tanto, Scott—
Bajó su mirada observando al suelo —¿Scott?— coloqué mi mano izquierda sobre su mejilla para levantar su mirada —¿sucede algo?—
—tranquila, no sucede nada— sonrió nuevamente, pero esta vez no fue una sonrisa sincera —solo que es hora de regresar al palacio, los invitados de seguro se preguntan, qué sucedio con la princesa Claudia—
Nos dimos la vuelta con la intención de regresar al castillo. El camino de regreso fue algo incomodo entre los dos, no dejaba de sentir una enorme niebla de tensión sobre nosotros.
Al llegar nos percatamos de que, los invitados llevaban sobre sus ojos unos antifacez. —siento interrumpir, princesa— dijo unas de las sirvientas que, llevaba sobre una bandeja varios antifaces —pero hacerle entrega de esto— entre todos los antiaces que tenía me ofreció uno color morado, que hacia conjunto con mi vestido —ahora, si me permite debo regresar adentro—
—muchas gracias— le respondí con una sonrisa. No había estado al tanto de esta planeación. Me parecia una muy buena elección, agregandole algo de misterio al baile.
—de nada, princesa— giró sobre sus talones y, al igual que a mi, le ofreció un antifas a Scott.
—ese antifaz morado hace brillar sus bellos ojos azules, princesa— me dijo Scott algo coqueto pero a la vez divertido.
—y ese antifaz azul hace deslumbrar tus rosadas mejillas— le respondí en tono de broma.
Todas las luces se apagaron. Segundos despues se encendió un unico reflector, que dejaba a la vista el centro del salon de baile. —¿princesa?— me preguntó una voz masculina. Giré sobre mis talones y observé al príncipe David levantando su mano derecha en dirección hacía mí —¿le agradaría bailar esta pieza conmigo?
No sentía deseos de bailar, y mucho menos con él, pero tampoco podía decirle que no, sería una falta de educación. Tan solo habian pasado algunos segundos mientras él esperaba que aceptará su invitación, y ya empezaba a sentir las miradas de los invitados sobre nosotros. Respire profondo y Realicé una reverencia —si— tomé su mano y nos dirigimos al centro de la sala.
Realizamos una reverencia para poder iniciar el baile. Eran los mismos pasos de siempre, de un lado a otro, un par de giros y encuentro de miradas —no he tenido el honor de bailar con la princesa Stella— me comentó, rompiendo el incomodo silencio que se encontraba entre los dos.
En ese momento observé a Scott invitando a bailar a mi hermana Stella, ya empezaba a tener una idea para dejar de bailar y empezar a probar los vacadillos, el hambre empezaba a volver otra vez. —creo que puedo concederle ese deseo— le dije al oído y al tener a Scott lo sufisientemente cerca cambié de pareja.
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Las Princesas No Siempre Desean A Un Príncipe Azul© -RESUBIENDO-
Romance(LGBT+) Claudia es la primero princesa al trono del reino Cavithy. Es una chica destinada a mantener su verdadero ser en secreto, como cualquier princesa, pero todo cambia al conocer a la princesa Diana, princesa del reino oeste. Ella le da fin a s...