Luego de que los dueños de la heladería nos regañasen y nos echaran, abandonamos el lugar.
—Nunca me habían echado de una heladería —Comenté divertida. El soltó una pequeña risita que me hizo sonreír.
—Ya ves.— Estiró sus brazos y entrelazó sus manos detrás de la cabeza.
—¿Te acompaño a tu casa? — Preguntó él. Lo miré extrañada, ya que nos conocíamos hace muy poco. Pero que mas da.
—De acuerdo...
Hablamos un poco por el camino, yo me detuve a mirar su perfil.
—¿Te gusta lo que ves, ah?— Aparté la mirada avergonzada.
Llegamos a mi casa, y nos detuvimos en el portal.
—Gracias por invitarme hoy. Y, gracias por ofrecerte a acompañarme.
—No es nada Wendy, ha sido un placer.— Depositó un beso en mi mejilla. —Nos vemos mañana.
— Agregó antes de darse la vuelta y marcharse.
Observé como se iba hasta que desapareció de mi campo de visión.
Entré a mi casa y dejé las llaves en la mesa del recibidor. La verdad es que mi mamá se ha encargado de decorar toda la casa.
—¡Mamá! ¡Papá! ¡Ya he llegado!— Grité pero no obtuve respuesta. Estarán trabajando, supongo. Me encogí de hombros y subí las escaleras rumbo a mi cuarto.
Puse un poco de música, y alisté un poco la habitación. Hice la cama, acomodé libros etc. Sentía un vacío, extrañaba a Zen, me pregunto cuando volverá. No tengo forma de comunicarme con él y me preocupa que no haya vuelto aún.
Tal vez deba insistir un poco con el tema de Zen con Akemi, después de todo, el fue el que se lo llevó, o como dice el, "lo vino a buscar"
Me lancé a la cama y observé el techo de mi habitación. ¿Desde cuando mi vida se ha vuelto tan loca? Lo peor es que se me hace súper normal estar rodeada de ángeles y vampiros.
Hasta hace unas semanas era una adolescente normal, con instituto, amigos y familia. Ahora es todo lo contrario.
Cerré los ojos, y me dejé llevar por el cansancio.
(...)
— Señorita Wendy, sus calificaciones. —Escuché mi nombre y alcé la vista. El profesor me entregaba un papel, donde se hallaban todas mis notas. Lo tomé con cuidado e inspeccione el contenido. Tenía dos materias bajas. Matemáticas e Historia. Mordí mi labio, eso no le gustaría a mis padres.
Dejé la hoja sobre la mesa y me tiré para atrás. Debería centrarme más en mis estudios, es mi último año y debo esforzarme. El timbre anunciando el inicio del receso sonó. Guardé mis cosas y esperé a que el aula se vaciara para luego poder salir yo. Me dirigí a detrás del instituto. Casi nadie iba allí, solo algunos rebeldes que se salteaban las clases. Tomé algún libro que tenía en mi bolso y comencé a leer.
—¿Estudiando tan temprano?—La voz de Akemi interrumpió mi lectura. Alcé la vista y vi a un rubio sonriendome. Le sonreí sin separar mis labios.
Se sentó a un lado mío y sentí mi pulso acelerarse. Mordí mi labio inferior e intenté centrar mi vista en el libro.
—Solo... Estoy leyendo un rato.—Aclaré mi garganta. Sentía su mirada clavada en mí, y de cierta forma me incomodaba.— ¿Necesitas algo?—Cuestioné incómoda.
—Te noto nerviosa, ¿Estas bien?—Escuchaba cierta diversión en su tono de voz. Cerré el libro y me giré para verlo.
—Estoy nerviosa por las notas. ¿Te puedo hacer una pregunta?
— Ya lo hiciste.—Sonrió de lado.
—¿Que ocurrió con Zen?—
Noté que su mandíbula se tensó y me miró serio. Su semblante cambió de un segundo a otro, algo que no pasé por alto.
—¿Por qué te interesa tanto Zen?—Cuestionó molesto. Alcé la ceja incrédula.
— ¡Es mi amigo! —Exclamé. ¿Como no preocuparse por él?
El soltó una risa sarcástica y pasó sus dedos entre su cabellera rubia. Me desesperaba cada que hacía eso.
—Él se fue por que hubo un problema que un familiar suyo causó en el cielo. Al ser el hermano mayor tiene que sufrir las consecuencias de los actos de sus hermanos menores. No se cuánto tiempo tardará en volver.
Fruncí el ceño.—¿A que te refieres con sufrir las consecuencias?
El se mordió el labio y miró hacía el cielo. El timbre sonó causando que nos sobresaltaramos.
—Creo que hay que entrar—Dijo nervioso, se levantó y se fue tan rápido como vino.
Extrañada, tomé mis cosas y salí de allí. No entraría a clases, no hoy. Tengo que encontrar a Zen.
Y con ese pensamiento, abandoné el instituto. Llegué a mi casa tranquilamente, ya que mis padres no llegarían hasta la tarde, no se darían cuenta que falté.
Tiré mi bolso por ahí, como de costumbre, y subí a mi habitación. No entiendo por que se molestó cuando le pregunté por Zen, quiero decir, ¡Es mi amigo! Tengo derecho a saber.
Decidí que mañana a primera hora, hablaría con Akemi, tengo que saber de Zen.
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Holiii! Aquí el nuevo capp yeeeey, disculpen por la demora chavos, intentaremos actualizar más seguido n.n nos vemoooos!
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Dulces Colmillos ^.^
Про вампировElla es Wendy... una chica de 17 años, la cual su padre decide mudarse a Pensilvania por motivos económicos, ella Intenta Integrarse pero al parecer no lo logra, pero conoce a alguien. Un poco peculiar que hace que su vida sea una revolución de sent...