Dueles. (ZoroxRobin)

4.

Como lo había prometido, entro por la puerta del hospital en el que ahora parecía estar muerto todo, eran las 9 de la noche y no había ni un rastro de vida por lo que es la parte principal del hospital más que una sola enfermera en la recepción.

Una vez que le entrego el pase para pasar la noche con la pelinegra a la enfermera de la recepción, se dirigió a paso lento en donde se encontraba esta. Abrió la puerta de la habitación lentamente y pudo ver a la mujer leyendo un libro con la poca luz de la luna que entraba por la ventana.

Zoro: Creí que estabas durmiendo. - dijo el peliverde haciendo que la contraria volteara a mirarlo rápidamente, se sobresalto mucho pues no lo había escuchado entrar o haber sentido alguna presencia dentro de la habitación.

Robin: Es difícil dormir estando en un hospital y no en casa a tu lado. - dijo mirando al peliverde con una sonrisa de lado para acto seguido, este se sentara a un lado de ella en la cama, una vez que el chico se acomodara en la cama la pelinegra recargo su cabeza en el hombro de este. No le importo a ella el regresar toda la lectura del libro que llevaba a medias hasta el principio para que el peliverde pudiera leer junto con ella el libro. No era tan largo el libro(con respecto a lo que contara el libro) pues despues de dos horas ya estaban a punto de terminara el libro, de hecho, ya estaban por empezar el epílogo.
Mientras leían con la poca luz de la luna que entraba por la ventana, pudieron notar que esa poca luz se comenzaba a mezclar con una de color rojo en forma de destellos, de nuevo con color rojo y después verdes; eran fuegos artificiales. Se podían ver perfectamente desde la ventana (era grande por cierto) pero al poco tiempo, el peliverde pudo notar como su amada regreso su vista al libro un poco triste, pensó, vio una silla de ruedas al fondo de la habitación.

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Llevaba a la pelinegra en la silla de ruedas por los pasillos del hospital, aun se podían ver los fuegos artificiales por las ventanas del sitio, llegaron a la azotea del hospital, ahora se podían ver mucho mejor los fuegos artificiales que salían de entre los edificios de la ciudad; eran de diferentes colores como lo era del color rojo, azul y amarillo, otros estaban combinados de rosa y morado, verde y blanco o naranja y amarillo.

Ambos miraban los fuegos artificiales como si fuera algo mágico, tanto Robin como Zoro tenían una sonrisa, pero no cualquier sonrisa si no una sonrisa que solo se podrían mostrar tan sinceras en momentos inolvidables. Se dieron un beso corto para seguir viendo los fuegos artificiales.

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Unos días después ya en "El Baratie", el peliverde se encontraba trabajando como parte de cocinero siendo que aun comenzaba a aprender gracias a el chico rubio y algunos otros empleados del restaurante. Mientras salia del almacén donde se guardaban todos los alimentos, pudo notar como Zeff reía con otros hombres en una mesa de al fondo y mucho más le llamaba la atención al ver como uno de aquellos hombres comenzaba a contabilizar billetes en la mesa, era un hombre de cabello rubio, de tes morena y alto, llevaba unos lentes de sol que llamaban mucho la atención, por un momento recordó un rumor, si se le podría decir así, que escucho hace unos días pues una vez al estar aprendiendo con el cocinero rubio y de ceja en forma de espiral, este le contaba algunas cosas que él había vivido hace un tiempo atrás al igual del " maldito viejo" al que consideraba incluso como un padre pero dejando de un lado eso también le había contado sobre aquel hombre, su nombre era Donquixote Doflamingo y el simple hecho por el que el rubio le mencionaba era por que mantenía una relación amistosa con Zeff sobre el restaurante, negocios, tratos, entre otras cosas que tuvieran que ver con dinero y poder que le interesaba a "Doffy" (le decía así el rubio para acortar un poco el nombre), sin olvidar que incluso tenia en su poder a "Dressrosa", una ciudad muy conocida además que podía eliminar a cualquiera que interviniera en sus intereses o cosas parecidas.

Sea como sea, ni este se había dado cuenta en que momento comenzó a dirigirse a paso lento a la mesa en la que estaba aquel hombre, nervios tenia muchos e incluso su orgullo lo perdía.

Zoro: disculpe señor, soy Zoro, un nuevo cocinero. Necesito pedirle algo -pausó por un momento y guardo silencio, aquel hombre parecía no poner atención al peliverde pues estaba comiendo, continuo hablando. - mi novia, señor está muy enferma y... Necesito un préstamo y solo necesita de una operación, le pagare con intereses, se lo prometo.

Aquel hombre, después de todo lo que el peliverde dijo, alzo el rostro para mirarlo de una forma seria, se podía sentir la tensión, el miedo y silencio incomodo en esa parte del restaurante.

Doflamingo: consíguete una nueva novia hijo... eso sería más barato...