No faltan aquellos que dicen: La salvación es de Dios pero la fe es mía. Esto es como decirle a Dios: vamos a medias, tú pones el salvador y yo pongo mi fe. El problema con esta actitud es que produce igualmente una alabanza a medias, le damos gracia a Dios por proveer a Cristo pero no por la fe para creer en él.
La elección explica tu salvación en términos radicales. No te eligió Dios al ver tu fe, sino para darte fe. Según la porción de hoy, la fe misma es un don de Dios. Él tanto envió al salvador al mundo, como implantó la fe en tu corazón para creer en él. Es por esto que Pablo estalla en alabanza a Dios cuando descubre, que la salvación no tiene ni una hebra de mérito humano o capacidad humana, es de totalmente por gracia, de principio, al sinfín. No te sorprendas, pero nuestra única contribución; fue el pecado.
Efesios 1:3-5
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
5 En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
Efesios 2:8
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
9 No por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
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ELEGIDO POR DIOS
EspiritualEl amor de Dios por los suyos abarca dimensiones infinitas. Su intensa profundidad se ve en la crucifixión del hijo de Dios, su vasta longitud en su eternidad. El rastro de ese amor se remonta desde antes de la fundación del mundo. El palpitar de Di...