💳The Sulay Shipper🎠

Atencion

Como todos los dias Suho y Lay caminan a casa, los dos caminando tan cerca que rozan sus hombros ya que a ambos no les incómoda y eso a jennie no molesta es mas le encanta verlos juntos todo el tiempo por eso los sigue a casa todos los dias.

Hoy no es la excepción.

Ella puede ver como los dos se hablan de cerca y como aveces Lay hace pucheritos para su mayor.

- Tan tiernooooo~~ - susurra.

Jennie trata de agudizar como lobo su oído para escuchar mejor lo que dicen sus objetivos. Aveces desearía tener las orejas de Chanyeol.

- ¡Suho!, por favor - hace un adorable puchero el menor tratando de convencer a su Hyung.

- No, cuantas veces te lo tengo que repetir - hablo calmado pero irritado a la vez.

- Pero... - se quedo pensando - si me dejas ir a dormir a tu casa, te llevaré tus galletas favoritas con mi ingrediente secreto, ¿si? - le Suplicó.

Y aunque al mayor le fascinarán las galletas hechas por su amigo chino la respuesta seguía siendo un NO, porque se preguntarán pues la respuesta es sencilla.

Lo ponía nervioso.

Dormir al lado Lay, eso lo pone nervioso.

- ¡Pues no me importa! Yo voy a ir, porque si y ya - sentenció.

- No - dijo firme.

- ¡Que si! - le respondío de igual manera.

- Lay, ¡no es no! -  le grito.

- Pe-pero... - las lágrimas hicieron su acto de presencia bajando por las mejillas del chino - H-hyung p-porfavor - Le miro con ojos acuosos.

Suho solo hizo una mueca arrugando la nariz, no le gusta cuando el mas Pequeño llora, esta vez sabe que va tener que ceder.

- Bien, lo que quieras - suspiró.

Y como arte de magia al chino se le desaparecieron las lágrimas.

- ¡Gracias! Hoy sera, ya le avise a mi mamá, traigo ropa para todo el fin de semana, también traje galletas - habló rápido y feliz con una gran sonrisa en su rostro.

Aveces a Suho le sorprende como es que ese chino "inocente" puede manipularlo tan facilmente.

Siguieron caminando, al parecer los dos irían al mismo destino.

Y de la nada apareció una hermosa criaturita ante ellos.

- ¡Mira! Un perrito - gritó el menor corriendo hacía un pequeño cachorro e inmediatamente lo abrazo - Que lindo, miralo Suho - le comentó besando las orejitas del animalito.

La imagen de Lay sosteniendo al cachorro era demasiado Para el mayor, no por que fuera tierno si no que ese perro pulgoso le quitaba la atención del menor.

- Sueltalo, debe tener pulgas - le regaño, a pesar que el animal parecía recién bañado.

- Como dices eso hyung, ¡miralo! Tan lindo - le acercó el cachorro a la cara - ¡Dale un besito muak! - lanzó besos al aire.

Y el mayor solo lo miro con cara de pocos amigos.

- No es nada lindo, yo soy mucho más lindo que esa cosa - Gruño y Yixing no pudo evitar soltar una risotada que se escucho hasta los confines mas recónditos del mundo. Bueno solo hasta la casa de Luhan.

- No le hagas caso, cosita hermosa, tu eres muuuuucho mas bonito y lindo - le habló al perro - Te llamaré "Toro" - sonrió.

- ¿Que? ¿Toro? - preguntó.

- Si, es que quiero que se llamé como tu - comenzó a caminar con el cachorro en brazos.

Suho fruncio el entrecejo y siguió al menor, ya casi llegaban a su hogar.

- ¿Cómo por que? Yo no soy un toro ni mi nombre lo es - le dijó molesto.

- Por que tu eres un toro, siempre estas enojado, pero conmigo no - le sacó la lengua - Ya abre la puerta - le codeo el hombro.

Suspiró Frustrado aun con su cara de enojado, solo el chino puede tomarse tanta confianza.

-Pero esa cosa Pulgosa no entrara - le miró.

- ¿Como que no? Si tu lo cuidaras - le dijo con un puchero.

- Claro que no - le miro de manera seria, mostrando su enojo, no tendría algo que le quitaba una de las cosas que mas quiere. Atención, la atención de su amigo.

De golpe se abrió la puerta.

- ¡Yiyi! Que sorpresa - habló feliz la madre del coreano.

- Hola, señora Kim, le traje un pequeño y peludo regalo - le tendió el cachorro.

Suho abrió a no mas poder sus ojos de la impresión.

- Gracias, me encantan los pequeños perritos - le acepto gustosa el regalo - Pero pasa, pasa - le dijo al chino.

La próxima vez Yixing sabrá quien manda.

Despues de todo se quedaría en casa Suho y pasaría dos noches con el coreano, no abría escapatoria para el menor.