POEMA VI

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No sé si quiera como llegué a la banca de este parque de mierda, de seguro estaba con una tipa, debí haberla besado hasta que la boca le botase sangre y tocarle el cuerpo hasta sentir sus huesos en mis manos como cuerdas de guitarra.

No encuentro otra explicación, solo sé que me encuentro aquí sentado, con unos cuantos cigarrillos y algo así como una felicidad defectuosa que se quiebra con el primer temblor del mundo de la realidad.

Mis manos han conocido diferentes tipos de senos, he tocado el mundo de la perversión al recorrer mis manos por un par de piernas de mujer... "Eres un poeta, necesitas el dolor más que un bolígrafo y una hoja de papel" me dijo una de ellas mientras reposabamos en la cama después de un polvo ardiente sin nada de amor, quizá sea verdad, quizá no lo sea, en tal caso de lo que si estoy seguro es que necesito un par de cigarrillos y una buena mujer. Ya sabes, de esas que te chupan el alma por los oídos y te succionan amor por la entrepierna ¿En dónde está ella? La estoy esperando. Puede ser que la espere un par de minutos más en esta banca fría y húmeda o quizá la espere en el mismo sueño de todas las noches, mujer, si lees esto te estoy esperando, cuando vengas a mí ven completamente desnuda, no desnuda de cuerpo, desnuda de alma, de ser, de espíritu. Ah, procura traer cigarrillos, los míos no creo que me alcancen la eternidad de tiempo que quizá te deba esperar.

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