Capítulo Dos.

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Han pasado 5 días.

- Llevó cinco días sin ir al hermoso Jardín de Rosas que planté en el bosque- Dijo riendo Lugonis-.

- Hasta obsesionado estás con eso que hasta los días llevas contando,además el fin de eso es tener protección para la Diosa Athena- Dijo el Santo de Capricornio cansado de su amigo-.

-No te acerques mucho,idiota- Dijo alejándose de éste-.

- Lo siento,no lo noté- Dijo pasando sus manos detrás de su cabeza e irse caminando-.

-Suspiro Lugonis-

En lo que llevaba viviendo;Nunca antes había peleado tanto con alguien,a menos de que se tratará del idiota del Santo de Oro de Capricornio. Habían entrenandos antes de ser Santos de Oro;Si era un Santo de Oro,el de Piscis y aunque todos anteriormente dijieron que era realmente bueno gracias a un incidenteempezó a alejar a la gente.Su sangre envenenada llegó a matar a 5 personas antes y aún no se perdonaba tal cosa y desde ese entonces estaba alejado de todos hasta del idiota de su amigo y tanto tiempo pasaba con las Rosas que hasta se preocupaba por ellas,algo innecesario según, algún que otro Santo,pero para el no lo era,era su única compañía apesar de todo,aunque ellas no le dijieran nada.

-Debería ir a ver el jardín...- Dijo empezando a caminar desde su casa la Penúltima antes de llegar al hogar de la Diosa Athena, y mientras caminaba y bajaba cada escalón,tratando de mantenerse lejos de todos los Santos que iban y venían de la casa de la Diosa,algún que otro hablaba de él ,y lo sabía, sus miradas decían lo mismo.Cuando por fin llegó hasta la primera casa,la de Aries.Siguió su caminó hasta pudo pasar por muchos lugares y notar su belleza,muchas mujeres decían que era atractivo cuando pasó por el pueblo más cercano al Santuario y muchos hombre lo veían mal,ya que varias de esas mujeres sus esposas cuchicheando, pero a la vez hablaban sobre aquél acontecimiento.Era inexperto y aunque recibío muchos regaños y consejos de su maestro,el aún así trató de acercarse a la gente y desde aquello lo que menos quería era dañar;Más de los que causó. Era inexperto en muchas cosas,a quién llegó a querer fue a su maestro pero no sabía lo que era Amar a alguien verdaderamente.

-Cuando se dio cuenta,pudo notar a lo lejos el Jardín de Rosas Diabólicas,Hermoso, como siempre,Con rosas Blancas,Rojas y Negras. Pero había algo en el que no cuadraba en medio de su jardín,había una canasta con una manta blanca,por la sorpresa.Sólo pudo subir sus cejas y apresurar sus pasos-.

-Cuando llegó al medio del jardín; Se sentó de golpe en el lado derecho de aquella canasta y con desconfianza la destapó un poco y no pudo creer lo que se encontraba ahí dentro. Un bebé,Con los ojos abiertos en par en par,observandolo todo, ahora a él-.

Era el bebé más hermoso que pudo ver,y al cabo de segundo notó.Aquél bebé estaba en el Jardín de Rosas Diabólicas,Vivo...¿ Cómo pudo pasar tal cosa ? Era inexplicable,al igual que la belleza de esté y también notó algo,traía con el una nota,escrita con una hoja de papel quemado,y dentro de él se pudo ver aquélla hermosos letra de mujer,que decía lo siguiente:

Para:Quién lo encuentre.
De:Alguien que dio vida.

Niño...Así se llama el niño el cual le di vida,hubiese sido cruel si lo hubiera matado,era desperdiciar tanta belleza.

Pero no por éso,me lo quedaría,además de no ser un hijo planeado o querido,no hubiera soportado tener que cuidar a aquel mocoso,tengo una vida por delante.Esperó que quién te encuentre o si mueres sólo dónde te haya dejado,Perdón por hacerlo,pero no te quise ni te querré,si encuentras a alguien que te amé y valore. Bien por ti.

- Lugonis suspiro- Que mujer tan cruel,te dejó en esta jardín envenenado,pero por alguna razón viviste y eso significa que lograrás algo más que ser un niño abandonado,tú belleza dirá mucho, pero si los Dioses te dejaron vivir es por alguna causa y por vivir a mi jardín de Rosas Diabólicas,te llevaré conmigo y te criare como el hijo que jamás podré tener.

-Terminó aquel relato y cargó a aquél bebé y esté sólo lo veía riendo hasta que lloró,Sería un desafío,el no sabía nada de cuidar bebés,pero merecía la vida que aquella mujer no le daría y cuando tuviera la edad correcta,lo entrenaria.Sería su discípulo.
Y Lugonis con una última mirada a aquél Jardín y en brazos aquél bebé que ahora yacía dormido.Caminó nuevamente hasta su hogar.

Y así pasó el tiempo.

Lugonis,a pesar de no saber crío a aquél bebé,aunque le costó un poco,pero gracias a éso,Dio frutos a un Albafica de ahora 8 años,hermoso como siempre acompañando a su maestro.Eran ellos dos solos en aquella casa de Piscis.A fín de cuentas Albafica tenía la sangre envenenada al igual que el y el sería el siguiente Santo de Piscis,sólo si cumplía el último requisito,pero aún faltaba para eso,aunque ya Albafica sabía un poco de aquel ritual pero aún faltaba para eso y más de lo esperado,se acercaba aquél día en que eso sucedería.

- ¿ Lazos Rojos ? - Dijo Albafica.Así le había colocado Lugonis a aquél niño,pensando en eso;Según su maestro-Es un ritual de Maestro a Estudiante,sólo esos quiso decirme- Dijo hablando el sólo,sentado en el Jardín de Rosas-.

-Sí- Se escuchó a lo lejos a Lugonis hablar-.

-Albafica lo quería más que un padre a un hijo,su relación era más que éso-.

- Ya llegará poco ese ritual debes prepararte mentalmente para éso...-Dijo sentandose junto a el-

- ¿ Tan malo es ? - Dijo tratando de imaginar de que se trataba aquél Ritual llamado Lazos Rojos-.

-Prometeme algo.Que pasé lo que pasé.Serás fuerte - Dijo viendo ahora al niño que estaba a su lado,aunque ahora no lo era tanto.Ya ése niño tenía 12 años y estaba madurando más temprano de lo normal-.

-Lo prometo-Dijo con sus ojos cristalizados-.

-El mismo Lugonis no dijo nada ya que sintió aquellos brazos.Abrazarlo,hasta que se quedaron así por un rato-.

Es hora de que seas más fuerte Albafica.

Fue lo que pensó Lugonis.

Albafica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora