El cumpleaños veintitrés de Daichi había sido la excusa perfecta invadir su casa y llenarla de cerveza y comida sin su permiso. Sugawara se encargó de mantenerlo distraído toda la tarde, y mientras Asahi se aseguraba de que nada terminase roto, los demás se ocupaban en arreglar y organizar lo que habían llevado para la celebración "sorpresa". Todo había salido tal y como lo habían planeado; sin embargo, algunas horas luego de que Daichi llegara y comenzaran a beber, Yamaguchi, a comparación de los demás, fue el único capaz de escuchar el timbre a la lejanía, a pesar de las voces y risas estruendosas de fondo. Se acercó a la puerta con un curioso Hinata pisándole los talones, intentando divisar a la persona del otro lado.
Y vaya que fue una sorpresa.
-¡Daichi-san, es para usted!
Al instante, dejó su vaso en una esquina de la mesa de centro. No estaba desaliñado, pero empezó a sacudir y estirar sus prendas, tal vez por costumbre. Le agradeció al menor con un leve movimiento de cabeza, y en silencio, dio un par de pasos fuera de casa, juntando la puerta principal a su espalda.
-Hey.
-Se me hacía extraño que no mandaras al menos un mensaje.
-¿Qué tan extraño?
-Hasta Kenma lo hizo.-Rió, desbloqueando la pantalla de móvil para hacerle ver que no mentía.-Tuve la sensación de que lo habías olvidado o que algo te había pasado. Bokuto me llamó dos horas antes de las doce.
Kuroo sonrió, negando con la cabeza.
-Solamente me dormí, pero vine. Tengo que saludarte en persona para poder llevarme cerveza.
Sawamura hizo un gesto de mofa con los labios, cruzando los brazos por sobre su pecho, y ladeando el rostro ligeramente. No era la primera vez que iba personalmente a desearle un feliz cumpleaños, navidad, año nuevo, o lo que fuese. En realidad, no era extraño que se supiera hasta la dirección de memoria. No obstante, algo que sí llamó su atención, fue la posición de sus manos. Las tenía detrás, como si utilizara su cuerpo para ocultar algo.
-No te llevarás nada de mi casa, Tetsurō.-Bromeó, dándose la vuelta, dispuesto a volver con el grupo que lo esperaba.-Cómprate una por el camino.
-¿Aún no te he saludado y ya me botas? Eres cruel, Sawamura. La edad te está poniendo más frío de lo normal.
Daichi giró sobre sus propios talones, regalándole una mirada fija y serena, de esas que le hacían enloquecer cada vez que le pedía un poco de atención, y él le daba más de la cuenta con tan sólo aferrarse a sus ojos un segundo. Le hizo suspirar inconscientemente; perderse sin motivo. No le pediría disculpas por quedarse en silencio, si eso quería. Había sido culpa suya, por...
¿Por qué?
-Diablos, Daichi.
-¿Ahora qué hice yo?
-No lo sé. Me molesta.
-¿Otra vez con eso, Kuroo? Ya dije que no te entiendo.
-Yo tampoco.
Frunció el ceño con notable fastidio, extendiéndole una caja mediana de color dorado. No estaba forrada, por ende, y gracias al diseño que tenía, se lograban ver los pequeños envoltorios y chocolates en su interior.
-Sé que son tus favoritos, y me costó encontrarlos. Eres complicado de complacer, ¿sabes?
El más bajo de ambos rió, sin dejar de ver la caja entre sus manos. Hasta él mismo había salido una vez a comprarlos, y luego de dar vueltas por toda la ciudad, solamente volvió a casa con las compras del mes y un litro de helado. Ya luego le preguntaría dónde los consiguió porque, ahora, no se equivocaba. Amaba esos chocolates.
-Creo que puedes llevarte solamente una cerveza. -Sonrió.-Gracias.
-Tengo algo extra para usted antes de irme, señor cumpleañero. -Interrumpió con un murmullo, como si no deseara que alguien más a parte de Daichi lo escuchase luego de aquel agradecimiento. Mantenía la cabeza baja, y con pasos dudosos, se fue acercando al susodicho, hasta quedar lo suficientemente cerca de su oído para susurrar lo que se le viniera en gana.
Tanteó a ciegas hasta una de las manos adversas, separándola de la caja, y entregándole algo más. Era demasiado abstracto ante el tacto del moreno; sin embargo, decidió tomarse lo que estaba sucediendo con calma. No era su cercanía lo que le creaba el nerviosismo, y tampoco la idea de que alguien los viera; era el tiempo que esperó para volver a aspirar su aroma lo que le hacía temblar, y posiblemente no eran nervios.
Era felicidad.
-Feliz cumpleaños, Sawamura.-Musitó, justo para depositar un casto beso en su mejilla instantáneamente después de ello.
Sostuvo con delicadeza el tallo desnudo entre sus dedos, sin poder quitar la mirada firme que mantenía sobre la persona que se iba dándole la espalda. Estaba atónito, intentando procesar de una manera no tan agresiva lo que acababa de suceder, pero se le hacía casi imposible. Quería llamarlo; quería preguntarle qué demonios había sido todo eso, que se lo explicara de tantas maneras, que quedase grabado en su cuerpo para siempre. Sentía que lo necesitaba, que esa era la respuesta por la que estuvo esperando tanto, pero por la que nunca insistió como debía. Necesitaba escucharla de su propia boca, sin rodeos.
Como debió haber sido desde la primera vez.
"Y le regaló una flor sin pétalos, para que nunca supiera si lo quería, o no".

ESTÁS LEYENDO
Cortos de Haikyuu!!
FanfictionOne-shots, drabbles, chats, y hasta maratones de imágenes sobre un shipp o personaje en especial, claramente del anime/manga "Haikyuu!!", obra de Haruichi Furudate, por ende, los personajes no me pertenecen, pero sí el desarrollo que leerán como con...