El doctor Lewis- Capitulo 4

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“Que la tierra se haga camino delante de tus pasos, que el so brille delante de tus ojos, que la brisa del espíritu sople cálida a tus espaldas, que la lluvia caiga generoso sobre los campos pero solo ahí donde se necesita. Y, hasta que volvamos a encontrarnos que el buen Dios te bendiga y te guarde en la palma de su mano” –San Patricio 

Termine de escribir la bendición que nos había pedido el maestro de literatura, no tuve que investigarla, pues en la escuela primaria nos habían hecho aprenderla y yo la recite delante de toda la escuela. 

-¡Hijo! La cena ya esta baja – Grito mi madre desde la planta de abajo

-Voy 

Baje corriendo, un hombre estaba parado al pie de la escalera, mi doctor, pero él había muerto cuando yo tenía 14 

-Hola Horan 

Empezó a temblar, ya lo había visto antes pero hacía dos años que no lo veía, grite, grite con desesperación, el doctor Lewis estiro una mato para tocarme 

-No me toque 

-Es por tu bien hijo 

-NO! 

Él había hecho que tuviese las peores pesadillas, cuando estaba en la clínica me daba electroshocks en la cabeza mientras estaba anestesiado, pero al no funcionar me los dio mientras estaba despierto y si me desmayaba me volvía a despertar con un baldazo de agua fría y me daba de nuevo toques, yo solo tenía doce cuando empezó a hacer eso, me lleve las manos a la cara y me puse en posición fetal, me empecé a balancear, adelante, atrás, adelante, atrás 

-No es real, no es real, no es real, no es real, no es real, no es real- me repetía a mí mismo en voz alta 

-Niall – la voz de mi madre era dulce, siempre me calmaba – Hijo por favor mírame, no hay nadie-

Me quite las manos de la cara, mi madre estaba delante de mí con la mirada triste, la misma con la que me veía cada vez que tenía un ataque o salía de un tratamiento

-¿Estas bien?- 

-El doctor Lewis- dije con un susurro, las lágrimas corrieron por mis mejillas, llore- No soporto esto mamá- 

Maura se incoó a mi lado y me abrazo, puso mi cabeza justo sobre su corazón, eso me calmaba cuando de chico tenia los ataques, y ahora todavía me calman 

-Ay hijo, nadie elige estar enfermo 

-Permíteme acabar con el dolor, por favor- mire a mi madre a los ojos- por favor

-Hijo…- Sonaba derrotada - ¿Me estas pidiendo permiso para morir? 

-Si 

-No sabes el dolor que representa que tu propio hijo te pida la muerte, o mejor dicho permiso para morir. 

-Perdón- No podía mantenerle la mirada- Es solo que no quiero vivir esto, es horrible, veo cosas que los demás no y es mi mente la que juega conmigo.- 

Nos quedamos en silencio 

-Tomaste las pastillas – Pregunto mi madre

-No, se quedaron en casa 

-Bueno, tómalas después de cenar

-Sí, que hay de cenar- Trate de cambiar el tema 

-Lasaña tu favorita

-Gracias mamá 

Nos levantamos y caminamos a la cocina 

-Hijo… 

-¿Si mamá?-

-Sera mejor no decirle nada a tu padre, no quiero que se preocupe

-No hay problema, no me gusta pregonar que tengo delirios mamá

Ella asintió y me sirvió un plato de lasaña 

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Talking To The Moon- Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora