El hombre de mis sueños

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No sabía que hacer, y aunque lo deseaba con todas mis fuerzas esto parecía una de las más grandes pruebas que había pasado en mi vida.

Con Magnus habíamos sólo llegado a besos y una que otra caricia, pero estaba decidido, no pensaba en otra cosa que entregarme a él por completo, así que trate de tranquilizarme respirando profundo.

No necesitaba ser brujo para darse cuenta como me sentía, el sonrió y me ayudó con sus atenciones a calmar mis nervios y cuando menos pensé ya nos encontrabamos piel con piel besándonos con necesidad, su boca era deliciosa y encajaba tan bien con la mía , nuestro juegos de lengua que me hacían ir hasta las estrellas y volver en cada beso, no había ninguna duda, el era el adecuado, el único que me hacía sentir así y no quería ningún otro hombre tocandome así de esa manera .

No podía hablar, de seguro mi voz sonaría rara entre mis jadeos involuntarios, mordi sus labios con fuerza al sentirlo en mi interior, no mentire al principio me costó acostumbrarme a él , pero luego que mi cuerpo se amoldo y comencé a sentir sus movimientos todo fue fantástico.

Hacer el amor era la mayor forma de demostrar a alguien lo mucho que lo amas, una unión única que reforzaba aquel amor que nos teníamos y yo lo amaba con cada partícula de mi cuerpo.

Me aferre a él atrapandolo con mis piernas, no queria se  separace de mi, sentirlo dentro era delicioso y cuando menos lo pensaba llegue a mi primer orgasmo de amor, sólo devore sus labios declarando mi amor con infinitos "Te amos " .Me sonroje al mirar a mi brujo a los ojos, no podía saber si a él le había gustado, pero lo confirme al ver su rostro de placer sintiendo su escencia dentro de mi.

Todo había sido perfecto, hasta ahora, sólo con estar abrazado a él, era feliz .
Yo, Alexander Gideon Lightwood, que siempre le había tenido miedo al amor, estaba completamente seguro de una cosa, Magnus Bane era el hombre de mi vida, con el cual me casaría y tendría una hermosa familia, sin pequeños detalles como el tiempo entre los dos, no había nada que el amor no venciera, y menos un amor tan mágico como el del gran brujo y su nefilim.

La primera vez Malec Donde viven las historias. Descúbrelo ahora