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Ha pasado casi 1 minuto y él aún está ahí parado, sé que me vio. Pero no puedo salir, si salgo me meteré en problemas, es mejor sólo asustarlo y que salga corriendo.

 Agarré una pequeña piedra y la aventé hacia él, no fuerte, sólo quiero que se vaya. 

Niño mocoso ¿por qué no se larga simplemente?

Vuelvo a asomar y de nuevo está ahí, sigue parado volteado hacia donde yo estoy. Creo que no me ve, creo que no me está viendo. Sí, no me está viendo. Está mirando hacia atrás de mí. Tengo miedo de voltear a ver que hay detrás de mí, qué es lo que ese niño está observando. Supongo que quiere que voltee para después aventarme una piedra. No voltearé, niño. No me ganarás. ¿Te quedarás ahí parado todo el día? ¡lárgate!

Vuelvo a agachar mi cabeza debajo de esa ventana, recargo mi espalda en ella y miro qué es lo que había detrás de mí.

 No hay nada, sólo quería tiempo ese niño. Quería tiempo para correr. De nuevo me levanto y veo hacia afuera por la ventana. El niño con la mochila roja sigue viendo hacia acá, no a mí. Está mirando algo que yo no puedo ver, o será que está asustado.

El niño ahora me está viendo. Está observándome, estoy seguro. Empezará a llorar, sus labios le están temblando. Sus brazos están a sus costados mientras aprieta sus maños hasta hacer un puño. Parece estar enojado y quiere pelear, pero a la vez está triste. Se está moviendo, está levantando su mano. Está apuntando hacia atrás de mí. ¿Qué hay, qué es lo que está mirando?

Volteo rápido a ver de nuevo que hay detrás de mí, pero no veo nada. Vuelvo a regresar la mirada hacia él. ¿Está vomitando? creo que quiere vomitar, tiene una mano en su estómago. Tengo que irme de aquí, ese niño está enfermo. 

No debí meterme con un niño enfermo. 

Caer Dormido -  Reunión del Mal (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora