Había una vez una niña que escribía historias y siempre se sentía rara. un bichito gordito y con gafas, con una paleta montada.
La niña tenía un gato, y el gato se perdió un día.
La niña tenía una abuela, y un día se marchó como lo hizo el gato.
En el cielo las estrellas le guiñaban los ojos por la noche, ella pensaba que aquello debía ser el paraíso de los gatos y las abuelas.
Cuando tienes siete años, para siempre pueden ser dos horas o la semana que viene. La niña se sentaba en las escaleras mientras todos dormían y esperaba que 'para siempre' se pasara como un largo viaje... '¿hemos llegado ya?' imaginaba que su abuela le preguntaba al gato.
La niña gordita de las gafas escribía cuentos y luego se los leía a sí misma, ya que su público estaba ocupada saltando a la comba, que para eso eran niñas bonitas.
A veces se sentía un poco sola, de esa manera en que solo los niños saben. Era consciente de que era un poco rara. Los pájaros de su cabeza soñaban con países lejanos y con canciones en inglés y llevaban pantalones de campana y en vez de agua bebían el té de las cinco.
Los días de lluvia se mojaba a propósito hasta que su chaleco despintaba sobre su ropa interior y le reñían las monjas.
Cada día la niña gordita de las gafas inventaba un principio, tantos como podían los 'para siempre' de sus siete años.
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EL PRINCIPIO DE TODO
Fiction généraleComienza por el principio.. pero en fin, ¿Cuál es el principio?, ¿El Big Bang?, ¿El Génesis? ¿Ese preciso instante en el que el Hussein Bold de los espermatozoides alcanzó el óvulo distraído de mi madre? A lo mejor el principio empieza hoy. ...