Finalmente Park Jimin había decidido que soñar con su hyung no era suficiente, necesitaba sentir la suave y tersa piel de sus muslos sobre los hombros o en sus propias caderas, cualquier opción era válida mientras estuviera gimoteando desesperadamente su nombre.
Ser directo era su única y mejor opción pues corría el riesgo de no ser tomado en serio, le dolería perder su oportunidad por un mal entendido al declararse, así que sin perder el tiempo espero a que su Hyung estuviera solo en el estudio de grabación a altas horas de la noche.
Con fingida inocencia y una almohada bajo su brazo, entro al estudio del mayor.
-No componga hoy y ayudeme a dormir, hyung.
Dejó salir un lastimero quejido seguido de su puchero made in mochi.
El corazón de Yoongi era un lío en estos momentos y que decir de su cerebro, siempre frío y centrado pero a esas altas horas de la noche era una masa uniforme que no estaba en condiciones de recibir un ataque de aquella magnitud.