Pasados Rotos, incontables lagrimas y el deseo de ser verdaderamente feliz... junto a tí.
Un casual encuentro puede llevar a un mar de sentimientos, buenos o malos. Esto no es algo ordinario.
Cada pagina, cada parrafo, cada palabra, cada letra de es...
Como toda historia, esta también tiene un inicio, pero esta es diferente, aqui comienza un sentimiento, un prematuro sentimiento mejor dicho.
Era una fría tarde de día jueves, a mediados del año 2013. Lucían, un joven de 20 años, luego de recibir una llamada, sale de casa sin pensar que ese día cambiaría la monotonía a la que estaba acostumbrado vivir.
La llamada que recibió fue de Jared, su primo, el cual asistía a una escuela de música en la comuna de Quilicura, en la Ciudad de Santiago, Chile. Le había pedido a Lucían que lo acompañara a una de sus clases de canto. Jared tenia un talento natural para la música y el canto, mientras que Lucían envidiaba sanamente todo eso.
Camino a la escuela, Lucían se encuentra con su primo y su fiel guitarra acústica. Se saludaron y Jared le cuenta que compuso algunas canciones y quería que él las escuchara antes que nadie. Halagado como siempre Lucían las escuchó.
Ya en la escuela, Lucían acompaño a Jared dentro del salón para saludar a la profesora y a algunos compañeros de su primo que ya conocía. Habían varios a los que Lucían no conocía, como un niño que cantaba con una voz muy ronca que estaba sentado al lado de la profesora y a una niña con chasquilla tapando parcialmente sus ojos y algo desabrigada para el clima que hacia afuera. Él cuando la vio, ella tenia la vista hacia abajo y unas pálidas manos sobre sus rodillas. Lucían no le dio mayor importancia y salio de la salón ya que no era muy grande y pudieran continuar la clase sin problemas.
Lucían sentado en el piso, tan pensativo como siempre lo fue, tocaba la guitarra de Jared que antes de salir la tomo prestada. Tocando melancólicas canciones que lo hacían acordarse de una toxica y enfermiza relación de 4 años y medio que había terminado hace casi un año. Lucían había dejado de creer en el verdadero amor.
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Cuando Lucían escucho a Jared comenzar a cantar, dejó de tocar y le puso ansiosa atención. Se oía bastante bien, Lucían sonreía y se sentía orgulloso de su primo. Luego de que la profesora le aconsejara algunas cosas a Jared, preguntaban quien cantaría ahora. Nadie quería ya faltando unos 20 minutos para que la clase terminara. Lucían ya se preparaba para irse con su primo a comer a algún local de comida rápida antes de ir a casa. De pronto sin previo aviso se escucho una voz tan cálida e inocente que a Lucían se le erizo la piel desde las piernas hasta cada centímetro de su delgado pecho y brazos, había quedado encantado como si fuera algún tipo de brujería. Rápidamente Lucían entro al salón para ver quien cantaba, era ella, la tímida niña desabrigada con chasquilla en los ojos. Lucían sorprendido con las mejillas rojas aplaudió al finalizar la canción, ella lo miro desviando su mirada hacia el piso. Jared se dio cuenta de la expresión que Lucían tenia en el rostro. Unos brillantes ojos cafés, mejillas casi al carmesí y una pequeña sonrisa que hacia asomar levemente una margarita en su mejilla derecha.
La clase había acabado y todos hablaban del pequeño concierto de la escuela que se realizaria al otro día. Mientras que Lucían le preguntaba a Jared sobre la dueña de la voz que lo cautivo.
Se llama Mia, Mia Anastasia; -contesto Jared -.
Me enamore de su voz primo; - le dijo Lucían -.
Lo sé, canta muy lindo, acerquémonos al grupo y le hablas; - dijo Jared -.
Todos reunidos Lucían despojándose de toda su timidez y pocas palabras, saludo a Mia que de costumbre miraba hacia el suelo.
Hola Mia, ese es tu nombre cierto?; - dijo Lucían -.
Hola tu, si, ese es mi nombre; - dijo ella-.
Discúlpame, me llamo Lucían Alexander, soy el primo de Jared, lo vengo a acompañar a sus clases a veces.
Nunca te había visto ni escuchado cantar, cantas hermoso, enserio tienes una linda voz; - dijo Lucían algo nervioso -.
Gracias Lucían; - dijo Mia muy nerviosa y desviando la mirada evitando el contacto visual -.
No tienes frío?; - pregunto él -.
No, estoy acostumbrada; - dijo ella mostrando sus pálidas y pequeñas manos -.
Se veían tan delicadas pensó Lucían, y instintivamente se lanzo a tomarlas con la excusa de sentir y descubrir lo fría que las tenia.
Ella sonrojada lo miro un instante para luego desviar la mirada.
Pero solo ese instante sirvió para que Lucían siguiera descubriendo este glaciar de mujer que acababa de conocer, él vio sus ojos, unos ojos semirasgados de color miel. Él no sabia que ella era todo un mundo por descubrir.
Lucían le soltó lentamente las manos para poder despedirse.
Vendras mañana al concierto de los alumnos de canto; - pregunto ella con una cara muy avergonzada y haciendo un pequeño puchero con sus dulces labios -.
Si, vendré con mi primo que tiene que cantar mañana... tu no cantas mañana?; - le dijo él -.
No, me da vergüenza, pero vendré a ver a los chiquillos cantar, así que nos vemos mañana entonces; - dijo mirando al suelo -.
Cantas hermoso, no debería darte vergüenza, yo canto horrible, así que mejor toco la guitarra. Nos vemos mañana entonces, ya me tengo que ir. un gusto conocerte Mia. adiós; - se despidió él dándole un suave beso en la sedosa mejilla de Mia -.
Adiós, hasta mañana; - contesto Mia completamente enrojecida -.
Lucían y Jared ya caminando para comer algo en un local de comida rápida se les sumo Belén para acompañarlos. Lucían notaba de Belén miraba de otra manera a Jared, y decidió tomar distancia. luego de eso cada uno fue a su casa.
Lucían ya estaba listo para dormir en su acogedora habitación, mientras recostado recordaba todo lo sucedido ese día, pero aun mas esa voz que lo cautivo y la niña dueña de ella. sonrió antes de dar sus últimos parpadeos por esa noche.
