cloudy days + jeongcheol

13: día soleado con nubes

el señor hong y el señor kwon me vinieron a buscar. jeonghan me miró sin saber qué hacer.

—¿cheol? —dijo amablemente hong, sentí ganas de vomitar.

—¿sí?

—lo están esperando en la oficina —me sonrió junto con kwon, quien cerraba los ojos más de lo normal a causa de los rayos del Sol.

—ahora los alcanzo —dije, no muy convencido. ellos asintieron y se fueron.

jeonghan seguía mirándome, yo no sabía qué decirle. quería irme de este infierno triste, tan triste. sin embargo, no me obligaba a dejar a hannie acá, solitario y con nubes.

—tú sólo acompáñame. 

caminamos de la mano hasta llegar a la oficina. ambos suspiramos pesadamente. abrí la puerta, había una pareja homosexual —la que había conocido— hablando en chino. me cagué hasta las patas, no había escuchado tantas palabras chinas.

—ho-hola —dije.

—¡oh, jeonghan! por favor, espera afuera —el señor kwon se levantó de su asiento, mirando a hong, quien asintió.

—¡no! —solté—. digo, no quiero irme sin él.

vaya, seungcheol, eso de ir sin vueltas ya es propio de ti.

la pareja se miraron y sonrieron, sentí cómo jeonghan se relajaba—. sólo te queremos a ti, cariño —me dijo el de cabello negro, junhui, temblé y jeonghan igual.

—¿por qué no lo quieren?

—no podemos, acordamos en que sería uno solo —respondió el otro, minghao, en un coreano no tan coreano.

estaba a la defensiva—. ¡entonces acuerden ahora en que quieren dos!

rieron, el señor hong tenía una expresión seria. el señor kwon no sabía qué hacer, sólo tosió.

—muy bien —dice kwon—, jeonghan, ve a tu cuarto.

lo vi correr con lágrimas en los ojos, me desesperé. lo miraba irse por el vidrio que traía la puerta, lo vi subirse por los grandes escalones, mientras yo ignoraba lo que hablaban detrás de mí.

—entonces... —estaba nervioso, en realidad no sabía qué decir—, déjenme despedirme de él.

todos asintieron. salí tranquilo —o tratando— y comencé a correr hasta la alcoba de jeonghan. nosotros habíamos preparado las maletas, teníamos todo hecho. pensé que sería como en las películas, ¡qué farsa!

golpeé—. ¿hannie?

—¡vete! —lloriqueó—. ¡es tu oportunidad! ¡n-no la desperdicies por mí!

pero este tonto no sabía que siempre me salía con la mía. tampoco sabe que soy capaz de desperdiciar cualquier mierda por él. nuestras habitaciones estaban cerca de la salida y además, somos rápidos al correr

—¿no quieres conocer a tus padres verdaderos? —el silencio se adueñó en su cuarto. abrió la puerta y me sonrió.

—¡sí!

—corramos a la salida y, si ves un auto o yo uno, ¡saltemos! 

comenzamos a correr, teniendo cuidado al pasar por la oficina, hasta que jeonghan me pregunta:

—¿eso no es morir? —dice agitado, con sus ojitos rojos.

—no —mentí—. esto es un juego.

estábamos llegando a la salida—. ¿seguro, cheollie?

—sí, morir es como tener balas en el cráneo, ya sabes, en la cabeza —y jeonghan me sonrió.