¡No perdere!...

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— Quiero invitarte a cenar... — Ante su mirada de sospecha y sus brazos cruzados, solo improvise — O si prefieres un almuerzo o comida estará bien.

— No veo que fin tiene esto, aún faltan dos semanas para nuestra primera audiencia de divorcio y...

— ¡Es de eso de lo que quiero hablar! — Solo levanté ligeramente la voz, ella se vio un poco apenada y nerviosa; nuevamente hable suavemente. — Por favor solo quiero hablar contigo y porque no, compartir juntos una comida, hace mucho que no lo hacemos. — Ella solo miraba a todas partes, nerviosa.

— Esta bien, ¿Dónde y a qué hora?

— Podríamos cenar en casa, así podríamos tener privacidad para hablar tranquilamente

—... — Se veía dudosa, su mirada de sospecha me resultaba dolorosa.

— Por favor Naruko, dame esta oportunidad.

—... Está bien, pero si intentas algo yo pondré una orden de...

— ¡Solo quiero hablar!

— Está bien, llegaré como a las 07:00 de la noche

— Gracias Naruko, no te arrepentirás — Tan solo le dije eso y me fui rápidamente, antes de que pudiera cambiar de opinión.



— o — o —



— Dime de nuevo ¿Cómo actuaba ella? — Solo estaba con Sakura en mi oficina, era la tercera vez que le relataba con lujo de detalles lo poco que pude observar de mi estancia en el hospital.

— Ya te lo dije, ella estaba en su ronda y pidió a una enfermera que cargara a su cuenta, los medicamentos para un pequeño niño.

— De ella no me extraña, siempre ha sido así.

—... — Yo solo estaba en silencio esperanzado

— ¿Y ya decidiste que van a cenar?

— He pensado en comida francesa; pero no estoy seguro.

— ¿Sasuke en verdad conoces a Naruko, sabes realmente que le gusta y que no le gusta?

— ¿Porque lo dices?

— Yo no recuerdo que Naru fuese tan sofisticada en sus gustos; eso me parece más como algo que te gustaría a ti.

—... — Solo la miré mal por un momento.

— No me mires así, ya te lo dije; si quieres recuperarla, es momento que comiences a pensar en ella y no solo en lo que tú quieres. ¡A este paso vas a perderla!

—... — Cuando ella dijo esto, vino a mi mente de nuevo la tarjeta, que solo busque en mi bolsillo; por un momento deje de escucharla.

—... Y no quiero ni pensar en lo que hará, si un día se entera de tus aventuras.

—... — Solo miraba la tarjeta, pero eso que dijo me produjo un temor repentino.

— Aún no puedo entender cómo fue que te atreviste a tener aventuras y descuidaste a una mujer tan maravillosa como ella y...

— Déjame solo un momento tengo que contactar a Jügo

— ¡¿A Jügo...?! ¿Sucedió algo?

EL CAMINO PARA RECONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora