5: El chico nuevo

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Hoy hablé con mi padre por teléfono. Creo que no les había contado sobre él. Es un hombre muy inteligente y me quiere mucho, pero en este momento está trabajando en Alemania. Desde hace 6 meses.
Lo llamé para contarle lo que me está ocurriendo, pero no me creyó. Por lo menos lo intenté.

Hace tres días que no voy a la escuela, y no tengo permitido faltar mucho. Así que hoy fui, con mi dolor acompañandome.
Al llegar vi a Niss y Mika hablando con un chico muy guapo. Tenía el cabello color oro y los ojos color... morado. Que extraño, nunca había visto a alguien con los ojos de ese color.

-¡Hola Cloe!- me saludó Mika- este es Christopher, es nuevo aquí.

-Hola, entonces tu eres Cloe. Por cierto, puedes decirme Chris.

-Si, soy yo. Mucho gusto en conocerte, Chris.

-El placer es mío, hermosa.

Ok... eso no le veía venir.

-Te ves muy cansada, ¿por qué viniste hoy?- me preguntó Niss.

-Oh, ya sabes que la escuela no deja faltar mucho...

-Cierto.

-Creo que ya es hora de entrar a la sala- les dije.

Todos asienten y mientras nos dirigimos hacia allá, me encuentro con Thomas.

-Hola Cloe, ¿por qué faltaste todo este tiempo?- me preguntó.

-Esteee... estaba enferma.

-Ah ya veo. Oye te quería advertir sobre el chico nuevo.

-Por qué? Se ve muy buena persona.

-Si... Sólo hazme caso.

-Ok...

-Adiós, debo irme.

-Adiós.

Hoy está siendo un día muy raro. Bueno, será. Todo anduvo bien, de hecho, no me echaron ni una sola vez de la sala. Supongo que me siento demasiado mal como para conversar o hacer escándalo.
Más bien, todo anduvo bien, HASTA QUE volvió a suceder.
Así es, de nuevo las ganar de vomitar (y lo hice) y de nuevo el dolor en la espalda. Pero lo que lo hizo peor esta vez, es que toda la clase me estaba mirando.

-¡Cloe! ¿Qué te sucedió? ¡Cloe! ¿Estás bien? ¡¡¡Cloe, Cloe, Cloe!!!

Me empezó a doler demasiado la cabeza. Tanto, que llegué hasta el punto de desmayarme.
No recuerdo nada después de eso.

Me desperté con una luz enorme que me cegaba. Me fui acostumbrando hasta darme cuenta que estaba en un hospital. En una camilla. ¿Qué pasó?

Un rato después, llegó una enfermera a atenderme. Al ver la expresión de sorpresa en su rostro, me di cuenta que en este momento, no debería estar despierta.

-¡Doctora! ¡Doctora Thompson!- llamó la enfermera.

-¿Ya voy, que sucede?- dice una voz desde lejos.

-¡Es Cloe Anderson! ¡Despertó!

-¡Voy de inmediato!- dice la voz, ahora un poco más cerca.

Veo entrar a la habitación a una mujer de unos 35 años, que me mira con la misma cara de sorpresa que la enfermera.

-¡Señorita Anderson! ¡Qué alivio!

-¿Qué está pasando?- le pregunté.

-Oh señorita, es que al parecer, usted se desmayó por falta de sangre, y al hacerlo, se golpeó fuertemente en la cabeza.

-¡QUÉ! ¿YO? ¿¡FALTA DE SANGRE!?- pregunté angustiada sentándome rápidamente, lo que me provocó un fuerte mareo.

-Si, tiene dos enormes heridas en la espalda, de las parecen aparecer una especie de... extremidades.

-Ah, eso me ha estado pasando durante ya tres días- respondí un poco menos preocupada.

-Lo mismo dijo su madre

-Cuatro días, querrá decir, pasó un día entero en coma- interrumpió la enfermera.

- ¿¿¿¿¡¡¡UN DÍA ENTERO!!!???? Dónde está mi madre, quiero hablar con ella.

Sigo sin entender que me sucede. ¿Qué está saliendo de mi espalda? ¿Será verdad que hay plumas?

-No se preocupe, la llamaremos enseguida- dijo la doctora tratando de calmarme.

En ese momento, se van las dos, para dejarme sola en mi habitación de nuevo.

Cinco minutos después, entra apurada mi madre y me abraza fuertemente.

- Ay, mi niña, pobrecita.

Yo le devuelvo el abrazo. Lo único que quiero es volver a mi casa. No soporto estar internada en un hospital.

-Hola, mami

-Hijita, se lo mucho que haz sufrido con esto...

-Si... ¿Cuando vamos a volver a casa?

-No lo sé, hay que preguntarle a la doctora.

-Quiero irme ahora.

-Ya lo sé, ya lo sé, pero tu salud va primero.

-Está bien... tengo hambre.

- Me imagino, no has comino nada sólido desde hace más de un día. Voy a llamar a la enfermera para que te traiga algo.

-Gracias, mamá.

Más rato, llega la enfermera con una bandeja que contiene una sopa, una jalea y un vaso de agua. Qué decepcionante.

-Ya sé que no es mucho, pero no podemos arriesgarnos a darle algo muy pesado. Después de todo, está muy débil- se disculpó la enfermera.

-No, está bien, muchas gracias.

Luego de comer, me quedé rápidamente dormida. No entiendo como, ¡acababa de dormir un día entero! Espero que toda esta estadía en el hospital sirva de algo.


Ok, se que este capítulo fue un poco aburrido pero meh, espero que les guste de todas formas.

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