Prólogo

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Alice, una chica decidida, segura de sí misma, con un gran futuro por delante, pero creída y egocéntrica y con un carácter de líder.

Solía tener amigas a montones, sobre todo dos, sus mejores amigas, Mindy y Amanda. Y cómo no, tenía a todos los chicos que la veían locos por ella. Todo ello no era de extrañar teniendo en cuenta que era la chica más guapa y popular de su instituto.

Era la reina de la escuela. Melena larga y ondulada, un cuerpo envidiable con un buen pecho, curvas bien definidas y unas esbeltas y largas piernas. Eso sí, era rubia natural.

Su novio era el capitán de fútbol. Guapo, de buen físico, y un imbécil que también se lo tenía creído.

Alice tenía una vida perfecta. Maravillosa. Tenía todo cuanto una persona de su edad deseaba tener en el instituto. Pero claro, no todo puede durar eternamente.

El último trimestre de su penúltimo año de instituto llegó una chica nueva. Mona, dulce, agradable a los ojos de todos, castaña, simpática, es decir, para Alice, la persona que la arrebató todo lo que poseía y más.

Primero hizo que todos pensaran que era una niña bonita e inocente, que no lastimaría ni a una mosca. Pero Alice la desenmascaró desde el primer momento en que la vio pisar el suelo de la entrada del centro. Intentaba llegar al puesto social de Alice, pero ella no se lo ponía nada fácil, así que, al final, consiguió que todos pensaran que Alice era una persona horrible que quería hacerla daño cada vez que la veía y que se había vuelto una paranóica.

Para Alice fue un golpe muy duro que no superó. Sus amigos la abandonaron, y sus "mejores amigas" lo hicieron a lo grande para dejar bien claro que ella ya no era nadie. Gritaron en medio de la cafetería que era cosas que no repetiré ahora.

Alice no volvió a pisar la cafetería en lo que quedó de curso.

"Comía" en el baño, aunque más bien bebía las lágrimas que resbalaban sin control por sus mejillas.

Dejó de ir de compras porque se encontraba con sus ex-amigas y no las soportaba, así que se tuvo que no pudo comprarse otra ropa y tuvo que seguir vistiendo sus vestidos ajustados y faldas cortas, pero como no quería que nadie se fijara en ella, decidió que se pondría las sudaderas de su hermano y así no ser la vería tanto.

Había dejado de hablar y sólo decía lo que era imprescindible. Su madre, su padre e incluso su hermano mellizo, Jack, quien no miraba a su hermana mucho pues pensaba que ella podía con todo, estaban preocupadísimos.

Así que se pasó la primera mitad del verano encerrada en su cuarto y la otra mitad arrastrada en contra de su voluntad a hacer cosas con su familia.

Por desgracia para Alice, al año siguiente tendría que seguir asistiendo al mismo instituto y no soportaba la idea de tener que pasar su último año de curso como una pordiosera friki marginada ya que, al fin y al cabo, ella había nacido para ser adorada, no menospreciada.

Y así es como Alice decidió intentar ser una "invisible". Que nadie la viera. Que nadie la hablara. Sólo el mundo y ella.

Se prometió que nada ni nadie la volvería a hacer daño. Y mucho menos la arrastraría de nuevo a ese horrible mundo.

Aunque, claro, sería un camino muy largo el que iba a recorrer y encima, lo tendría que hacer sola.



NOTA AUTORA:

Hola sé que había puesto un prólogo pero lo he cambiado porque una amiga me dio una idea para hacer la novela que me gustó mucho y como no cambiaba mi idea principal pues decidí que la daría las gracias y seguiría su consejo.

Un beso para todos los que leen esta novela y les gusta y, en especial, a esta magnífica amiga mía le damos todos un fuerte aplauso :)

Pasos para ser invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora