Se montaron en el coche, pero ella se dio cuenta de que no estaban solos, había dos personas más en el coche, y no me inspiraban a Cilia mucha confianza.
- Hola - dijo Cilia sin obtener respuesta.
- Ahh bueno, os presento, son mis guardaespaldas, se llaman Luis y Alfonso.
- Hola... yo soy Cilia.
- Por favor, decid algo - dijo Álvaro sin obtener respuesta tampoco - bueno, parece que hoy no queréis hablar. - una mirada profunda le clavaron los dos al instante, dejándolo sin palabras y animando a dejar la conversación.
Pasaron 30 largos minutos hasta llegar a la casa de Álvaro.
- Papá, ¿esto no está muy lejos de mi colegio?
- Mi amor, de mientras, te voy a matricular en otro colegio.
- Pero... ¿no es una tontería? Ni siquiera has avisado al mío.
- Será poco tiempo, no te preocupes. A partir de ahora esta va a ser tu casa. - dijo convencido y con un tono burlón
- ¿Mi casa? Yo ya tengo casa.
- Me refiero... que... por ahora la consideres como tu casa. Una forma de decir - rectificó.
Cilia asintió con la cabeza. Una vez llegaron a casa, Álvaro pidió a su hija que se quedase allí y que ahora la avisaba. Cilia asintió y esperó en el coche. Pero no pudo evitar salir al ver a un niño guapísimo.
- ¡Hola! - dijo Cilia acercándose a él.
- Mss... Hola - dijo con timidez.
- Soy Cilia, ¿y tú? - le extendió la mano.
- Da.. david - dijo dándole la mano tímidamente.
- ¡Cilia! - gritó su padre.
- ¡Ya voy papá! Bueno, David, espero que no encontremos pronto, encantada - dijo alejándose.
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No me dejes caer
Novela JuvenilSi su mundo se derrumba que se derrumbe junto al mio ~BFF~