No es justo que extrañes a quien no te extraña, que sueñes a quien lacera tu alma y le escribas a quien no te lee. Pequeña ave, estira las alas, sacúdete el alma. Deja el dolor y goza del aire, de las nubes y el cielo. Que ha sido hecho para que tú lo surques, para que tú lo explores.
Canta, vive, sé; no te detengas a esperar por él.