CERO

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Caminaba tranquilamente por los pasillos de su inmenso hogar. A su corta edad había logrado hacer todo lo que un chico de edad quisiera. Había visitado grandes partes conocidas del mundo, gastaba miles de pesos en objetos inútiles y sin sentido, todo lo que quería lo obtenía al instante y sin esfuerzo alguno, cada fines de semana salia a fiestas y eventos donde terminaba hundiendoce en las drogas, en el alcohol y en el placer...Una vida placentera, ¿Cierto?.

Era un joven catalogado de los mas altos prestigios de la ciudad, la empresa de su familia era realmente reconocida y respetada. Para el no todo ha sido fácil de afrontar. Desde muy pequeño su padre había fallecido, poco tiempo después su madre los abandono, no quería afrontar la carga y responsabilidad de ser una madre viuda. Dejando completamente solo a el y a su hermana mayor. La familia del hermano de su padre decidió hacerse cargo de toda responsabilidad hacía ellos. Adentrandolos a un nuevo hogar. 

El era una de las pocas personas que no tenían sentimientos profundos, desde su infancia necesito calor, necesito comprensión, necesito amor, necesito sentirse amado y especial. El único y verdadero amor que tenía, era el que su hermana mayor le brindaba. Ni sus tíos, ni sus primos podrían brindarle tan inmenso amor que su hermana de daba. 

Era catalogado como un joven apuesto, con un cuerpo realmente trabajado y tonificado, sus ojos de un color miel fresco hacía a las damas perder la cordura. Vestía los mejores trajes del sitio, finos y realmente costosos. El aroma de su piel era un olor fresco, un olor a canela, su sonrisa era como la octava maravilla del mundo creada por Dios. Su voz y su mirada eran intimidantes y neutras. Lograba provocar envidia ante sus contrincantes.

Sin embargo quería acabar con la aburrida vida que llevaba, sin tener que seguir soportando personas las cuales él no estaba interesado en conocer ni que lo conocieran.

Era aquel típico chico que parece ser perfecto...pero sus ideas, acciones y pensamientos absurdas y tontas hacían que perdiera toda la maravilla que había en el. Y ese era el...Eso es lo que Jos Canela era.

-Necesitamos un nuevo empleado- La voz de un hombre se hizo presente en el sitio. El ojimiel odiaba que lo interrumpieran, mas si se trataba de el fumando. Odiaba que intervinieran en un momento amistoso entre su cigarrillo y el. Decidió guardar completo silencio, no tenia razones para responder. 

-Uno que sea de tiempo completo, ¿Sabes?, que sea un chico alegre, uno trabajador y con mucha energía. Que logre poner un ambiente maravilloso en este hogar tan solitario y gris- Sonrió maliciosamente, sin percatarse que el ojimiel estaba de mal humor. 

-Tal vez ese mocoso logre poner contento este ambiente de mierda- Comento el castaño mientras miraba hacia la nada con ironía. -¿Y cual sera su puesto Padre?- Pregunto el menor. Con el tiempo el ojimiel se había adaptado a llamar a su tío "Padre". Sentía que era la manera correcta de llamarle después de todo. 

-Aun sigo sin saberlo. Tal vez podría acomodar mis expedientes en mi escritorio en orden y podría ayudarme a rellenar papeles sin importancia, podría mandarlo a investigar cualquier tontería que se ocurra. Tal vez podría ayudarte en hacer algunas cosas y también podría ayudar a tus hermanos- Respondió el hombre con una gran sonrisa. Sus dos primos los consideraba como hermanos, ya que el mayor tiempo de su infancia la paso a lado de ellos. 

-Haz lo que se te plazca, solo te advierto que a ese mocoso no lo necesitare. He hecho mis trabajos por si solo, incluso cuando me entregas los paquetes de co...- Fue interrumpido por su padre.

-No es necesario que lo pronuncies. Ahora, consiguiere a ese muchacho y el trabajara para mi- Salio con grandes y marcados pasos de la propiedad del menor. 

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Los besos que se repartían entre si ponían mas ardiente la situación. Sus cuerpos se sentían calientes, necesitaban sentirse en ese instante. 

-Házmelo Jos....- El gemido proveniente de los labios rojos y carnosos de la chica le rogaban al ojimiel hacer aquel acto imprudente. -No podemos Rebeca, estamos en la sala de mi casa. Nos podrían ver- Respondió el castaño. La verdad mentía, quería a esa chica lejos de su vida. No tenían una relación asegurada, tampoco sentían la necesidad de amarse. Solo se buscaban cuando se encontraban excitados. 

-Podemos ir a tu habitación, quiero sentirte- La mano de la chica bajo a la dura erección del castaño. Haciendo soltar un leve gemido por parte de el. -No, he dicho que no y quiero que largues de mi casa- El ojimiel se paro rápidamente del sofa donde que encontraban. Necesitaba aire. 

Aquella chica se resigno, sabia que serian en vano sus ruegos hacia el castaño. Salio del lugar, salio de la propiedad de el. 

Jos no lo negaba, Rebeca era demasiado hermosa, tenia un cuerpo y unas curvas que volvían loco a cualquier hombre, sus labios rojizos que demostraban pasión y lujuria hacían perder la poca cordura que uno tenía. Aquellos ojos verdes que adornaban su hermoso rostro la hacían lucir espectacular. Su piel era demasiado suave y delicada. A pesar de que físicamente ella era perfecta, algo faltaba en ella... Algo no lo convencía, algo le decía que ella no valía la pena. 

Se acomodo su elegante camiseta, el calor en su cuerpo no disminuía. 

-Tienes que calmarte maldito calenturiento- Susurro para si mismo. Se dirijo a la cocina a tomar un vaso de agua fría. Necesitaba calmarse. 

-¿De nuevo el cuerpo caliente Jos?- Pregunto sarcásticamente su primo Danny. 

Danny era un chico bastante apuesto, tenia un ligero parecido al castaño. Sus sonrisas eran idénticas. Era bastante alto, su cabellera estaba adornada de pequeños y ligeros risos, era dos años mayor que el ojimiel, sus ojos contenían un color azul cielo bastante hermoso para admirar. Tenía una esencia de serenidad, tranquilidad y llena de amor. 

-Nada que deba importante- Respondió cortante el castaño. Trato de ignorarlo, pero algo llamo su atención.

-¿Te ha contado papa de que contratara a un nuevo empleado?, no veo necesidad de contratar a alguien mas. Tenemos suficientes hombres trabajando para nosotros. Con ellos es mas que suficientes...aunque, no miento, si llega a conseguirlo., te aseguro que ese chico me servirá de mucho. Mis expedientes están hecho un asco, los tengo perdidos por todas partes en mi sala de trabajo- Sonrió levemente mientras preparaba una taza de té. 

¡Demonios!, Jos odiaba cuando su primo sonreía. Odiaba ver el reflejo de su sonrisa en Danny.

-Le he dicho que me da completamente igual si lo contrata. A mi no me hará falta- Su tono de voz era fuerte y seco. 

-¿Por que no te dignas a sonreír y ser alegre por un momento?, tienes la vida de un chico mimado Jos, tienes privilegios y tienes lo que quieres al instante. Deberías disfrutar un poco de tus riquezas...- Protesto el chico de ojos azules. El ojimiel se molesto ante eso. -No, ¿sabes que repartir esas bolsas con polvo blanco me esta matando?, no puedo pretender que soy feliz repartiendo droga por todos lados- El menor salio de la cocina y subió las inmensas escaleras de su hogar.

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ESPERO Y LES GUSTE ESTE FANFIC... :)


  







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⏰ Última actualización: Apr 24, 2017 ⏰

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-Liberame- [Jalonso Villanela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora