Me encuentro en calma.Mirando por la ventana.
Recordando todos los momentos felices de mi vida.
Recordándote a ti.
A tus preciosos ojos.
A esos hoyuelos que se me clavaban en el alma cuando sonreías.
A esos momentos en los que me agarrabas con fuerza la mano,
y me decías que todo mejoraría.A la manera en la que me hacías ser yo misma.
Éramos jóvenes jugando a ser adultos.
Sin metas.
Antes de ti.
Yo solo era oscuridad.
Y te doy las gracias por ello.
Por hacerme creer en mí.
Por encontrar una luz.
Una esperanza de amarme tanto como a ti.
Sin embargo.
No todo es felicidad, o eso creo.
Un día, te desvaneciste, y fui incapaz de reconstruirte.
Pero.
A pesar de nuestras disputas.
Te sigo recordando.
Y espero.
Que algún día pueda mirarte a tus hermosos ojos.
Y decirte.
Que eres el mejor desastre que me ha pasado en la vida.
Allá donde estés.
Te quiero.