Falling In Love (Harry&Tu)

Capítulo once

Llegamos al hotel, ya eran como las nueve de la noche así que pedimos que la cena nos la llevaran a la recamara, entre al baño y me puse mi pijama, luego mientras Harry se cambiaba trajeron la cena y la dejaron en la mesita de la habitación. Harry salió y estábamos por cenar cuando tocan la puerta

-¿Podemos pasar? – dijo la voz de un chico, y entraron dos con las cámaras, por poco y creo que mi vida entera estar con eso – Hagan lo que están haciendo imagínense que no estamos aquí 

Harry y yo nos dispusimos a cenar, mientras hablábamos de mi universidad y como me iba. Era muy gracioso imaginar que no había nadie cuando dos chicos estaban observándonos 

-Ya vuelvo – dijo Harry y salio de la habitación 

-¿Puedes hablarnos de tu relación con Harry? Es para la película – dijo el chico amablemente

-Bueno – me puse nerviosa – Es difícil porque quisieras estar con el todo el tiempo, pero él está de aquí para allá, yo estudio aunque no es impedimento para que estemos juntos. Yo lo amo y creo que eso es suficiente para ser feliz a su lado. A veces piensas ¿Cuándo acabara esto? Y te das cuenta que si acaba muchas personas podrían sufrir. Sé que hay muchas chicas que me odian, pero lo hacen porque piensan que yo no soy buena para Harry, sentir celos de la novia de tu ídolo es normal, y las comprendo pero hay veces en las piensas “porque tengo el odio de gente que no me conoce”

-¿Respecto a la banda? – dijo el chico

-Lo mismo les pasa a ellos, son cinco chicos cumpliendo su sueño y han tenido muchas piedras en su camino pero han sabido superar y afrontar eso, si odias a gente por cumplir su sueño, tal vez te odies a ti mismo por no cumplir el tuyo – dije eso y Harry entro y me sonrió, los chicos se fueron y quedamos él y yo solos

-¿Te hicieron preguntas? – Asentí con mi cabeza – Bueno ya se fueron, bésame – me acerque a él y lo bese, yo me encontraba recostada en la cama y Harry estaba como a la altura de mis senos, así que agache un poco mi cabeza para besarlo, sus manos se dirigieron a mi pierna y empezó acariciarla, hizo que este a su altura y me empezó a besar el cuello – Ya cenamos, ahora el postre – y se subió encima de mí y el beso se hizo más apasionado. Las prendas estorbaban así que nos deshicimos de ellas rápidamente, quedando como Dios nos trajo al mundo, empezó a succionar mis pechos mientras gemidos se escapaban de mi boca, con su mano busco algo en el cajón y saco un paquete de condones, rompió la bolsita con sus dientes y se lo puso, se subió nuevamente encima mío y beso mis labios – Mírame – lo mire y empezó a penetrarme lentamente, cerré mis ojos, dolía y mucho, juraría que quería llorar pero me contuve, empezó a moverse lentamente, luego de unos minutos ese dolor se trasformó en puro placer, él se dio cuenta así que empezó más rápido, la cama se movía, respiraciones agitadas, y un buen orgasmo se avecino. Caímos rendidos, nos cubrimos con las sabanas y me acerque a su pecho y me recosté sobre él – Fue maravilloso

-Mucho – dije y levante mi cabeza – tus ojos son hermosos

-No más que los tuyos – le mostré una sonrisa, me acerque a sus labios y los bese dulcemente – Hasta mañana

-Hasta mañana mi princesita – le di un beso en su pecho y ambos quedamos profundamente dormidos