Capítulo 10 -.-La bestia me dio el arma para defenderme de el

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-¿Te ayudo? Pregunta un chico al contemplar mi posición en el piso

-Si por favor. Respondo al levantar mi mirada y observar sus zapatos

Estira uno de sus brazos para levantarme, asiento y elevo mi mano para sostenerme de su agarre y con fuerza alarme hasta quedar de pie. –Hola Sarah. Alega al romper el silencio. Hago un gesto de confusión por su reconocimiento hacia mí, ¿Este chico me conoce?

-Al parecer tu si me conoces

Suspira. –Soy Alex. Manifiesta al tomar mi mano por sorpresa para estrecharla. Emito una reacción involuntaria al soltarme de su agarre, el hecho de que me allá tomado de la mano sin mi consentimiento me resulta insólito.

-Fue un gusto conocerte pero ya me tengo que ir. Finalizo, sin esperar alguna respuesta me dirijo al auto.

-Hola. Comentó desanimada.

Joseph: ¿Que sucedió allá afuera?

-Me caí, alguien me ayudo, me tomo de las manos, me solté y veme aquí. Confieso al resumir los acontecimientos.

Emite una pequeña risa y pone en marcha el automóvil. El camino fue largo, puesto que era tarde, las calles oscuras, y no deseamos ningún accidente al transitar la autopista.

(...)

Al llegar a mi residencia bajo del auto, camino sin esperar a mi hermano y me conduzco a mi baño, donde lavo mi cara con jabón para quitar la pintura, mientras froto con cuidado mi contorno, abro el grifo para cargar de agua mi bañera. Me desprendo de las finas telas de mi vestido y me introduzco en mi tina.

Al cerrar mis ojos siento como unas manos sumergen mi rostro hasta llegar al fondo de la bañera, Pateó con fuerza, muevo mis brazos, sin embargo mis intentos son fallidos. Observó un rostro y me fijo en sus expresiones... Su mirada emite odio, sus labios malhumor, y la violencia con la que me sujeta expresa cólera. Como puedo trato de contener aire para no ahogarme con el agua, me mantengo estática intentando parecer un cadáver más. Y con suerte supondrá que ya estoy muerta. Pienso mientras contengo la respiración.

Siento como sus manos me sueltan con lentitud, minutos después aprecio como mi cuerpo invoca más aire, por lo que abro mis ojos para asegurar que me encuentro sola en el lugar, Ya no hay nadie. –Pienso al ver la ausencia de su presencia. Salgo rápidamente y comienzo a inhalar con desesperación. Al estabilizar mi respiración salgo del agua, tomó la toalla para cubrir mi cuerpo y me dirijo de regreso a mi dormitorio. Camino con cuidado entre los pasillos, al llegar cierro con llave la puerta del plantel para más seguridad, cuando me doy media vuelta visualizó la presencia de un segundo cuerpo en el lugar. Era mi hermano...

-Gracias a dios estás aquí... alguien entro a mi baño y trato de ahogarme. Confieso al acercarme a su paradero y abrazarlo con fuerza

-¿Aun sigues viva?.. Pensé que ya estabas muerta. Reprocha

-NO... Tu no...

Esas fueron mis últimas palabras ante su presencia, salgo corriendo del lugar, bajo las escaleras y me dirijo a la sala de estar donde se supone que debe estar las llaves del auto... Me iré lejos de aquí. Pienso en voz alta.

¿Cómo pudo hacerme esto? Soy su hermana menor... No razonaré con él en este momento, de seguro si me acerco a él tratara de matarme nuevamente, por lo que necesito alejarme. Amarro con más seguridad la toalla Si no tuve tiempo de vestirme... ¿Cómo demonios me iba a tomar el tiempo de vestirme mientras mi hermano trató de asesinarme?, encuentro las llaves y salgo de la casa, camino al automóvil, Abro la puerta e Introduzco la llave en el cilindro de encendido, arrancó y con suerte enciende el coche. Anteriormente mi hermano me enseño como encender autos, por cualquier emergencia... Quien diría que la emergencia sería escapar del dicho entrenador... Me enseñó a escapar de él... ¿?

Puerta de EsperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora